JIMENA: Hola Mariano: Como siempre... impregnado de sensibilidad...,...

Esto para los que estamos lejos es una put.... d
A ver si nos mandáis alguna por correo electrónico ahora con las nuevas tecnologías igual podemos quitarle e pellejo y comérnoslas.
Bueno que os aproveche. Que cojais muchas. Que os las paguen muy bien.
Un saludo.
Mariano

Puede ser que a eso lleguemos, pero si los genios de esa área no se apresuran, no creo que nosotros, ni los amigos contemporáneos, las podamos disfrutar a través de esa técnica. De verdad, no tienen compasión con uno. ¡Míralas como están de apetecibles! Uyyyy... y si se acompañan con un pedazo de pan... mejor que mejor...
Te aseguro que de tener la oportunidad de conseguir alguna, aunque no sea igual,
la buscaría y me la comería con desespero. Saludos

Cosas de Mi Pueblo.
Leyendo el relato de nuestra querida paisana Ana desde Venezuela no puedo menos que hacer memoria de la llegada de cualquiera de nosotros por las distintas regiones de España, Europa o America que nos toco vivir como consecuencia de la posguerra
.
Y quiero empezar por aquellas mañanas temprano cuando iban fluyendo hacia el
Coche de línea de la empresa Muñoz Amezcua tantas y tantas familias que se partían en trozos, unos para Pamplona, otros para Barcelona, otros para Madrid, quizá algunos para Valencia, todos ellos con la sana intención de mejorar sus situaciones económicas y buscar un porvenir para el futuro de sus hijos, ya que en aquel precioso Pueblo de Magina que tanto dolor producía su separación no podía dar porvenir y estabilidad económica en aquellos tiempo a muchos de aquellos paisanos.

¿Qué Pedro O Antonio O Juan ya ha llegao la hora? Eaa vamos a ver si hay suerte y encontramos un trabajo fijo y sacar a los muchachos adelante.
¿Nena ya sosbaias? ¿Pues si chacha ya nos vamos? A ver hija si tenéis suerte y venís gordos y hermosos que so lo merecis miaque tener que dejarlo to y ise tan lejos que lastima de hijos.
Cuantas frases de estas en aquellas primaveras de nuestro Pueblo, cuanta lagrimas, por parte de los que se quedaban o se iban, quien no recuerda aquellas Madres rotas por tener que separarse de sus hijos, aquello debía ser muy duro quizá amortiguaba aquel dolor la esperanza de que mas pronto que tarde encontrarían un trabajo y poco a poco irían encontrando estabilidad familiar y económica como a sí ha sido para muchos de aquellos paisanos@ de nuestra querida Jimena.
Podíamos recordar mil y una anécdota: Desde aquella maletas de madera o cartón con las esquinas reforzadas atadas con unas guitas o ramales, hasta colchones y sumieres al fin y al cabo todo aquello era el ajuar que muchas familias que emigraron.
Gentes que no tenían muchos días lo que llevarse a la boca, acompañando el viaje aquella talega de cuadros en la que bien seguro iba un buen pan redondo y alguna cosilla para el camino, en el bolsillo quizá un puñao de higos secos, el paquete de tabaco y los chisques de yesca, aquella imagen del inmigrante con los pantalones de paten y el chaleco y su gorrilla de visera negra, o la mujer enlutada con su pañuelo a la cabeza, los niños con calzones cortos con sus tirantes y la rebequilla echa por Maria Luisa la de fuelles que mañanas llenas de dolor y alegría dos sentimientos que muchas veces convergen.
Si duro era la salida mas duro era la llegada, imaginaros la llegada después de un viaje de 20 o mas horas a aquella estación de autobuses, haya esperando casi siempre algún familiar o paisano que habría ido antes, hombres y mujeres que nunca habían salido del Pueblo y que llegaban a una gran ciudad que desde el momento de poner los pies todo iba a ser muy diferente, había que acomodarse en alguna habitación con derecho a cocina y ponerse a trabajar en cuanto antes para poder pagar la pensión, la verdad encontrar trabajo era cosa de un día o dos, empezaba el desarrollo de estas ciudades y para aquellos hombres y mujeres acostumbrados a trabajos duros no iba ser este un problema, ni que decir tiene que había que buscar a los muchachos mas chicos colegio y a los que ya eran medio mocicos un trabajo bien de aprendiz de algún oficio, en comercios o en alguna fabrica, trabajo era lo que sobraba.
Para los hombres la construcción era el destino más inmediato por la cantidad de obras y urbanizaciones que empezaban hacerse.
Para las mujeres seguro que irían alguna casa a servir de tantos y tantos profesionales liberales que había, también en hoteles y pensiones, incluso los había que cojian una portería y esto daba trabajo al matrimonio en fin eran los años donde el trabajo abundaba, que no quiere decir esto que la cantidad iba acompañada de la calidad a la hora de pagar sueldos.
Recuerdo aquellos domingos de los años 60 paseando por el Paseo de Valencia lugar de encuentro de muchos de los inmigrantes d contorno de magina, allí conocías gente de Bedmar, Albnchez, Solera Torres y tantos y tantos pueblos de nuestra Andalucía.
Igualmente pasaba en los tajos de Construcción o en la fabricas no había un día que no saludaras a alguien de la tierra la voz corría como el viento y muchas familias iban trayendo a todos sus miembros.
Como dice nuestra paisa Ana, como no vamos a estar agradecidos a estas tierras que nos acogieron, e hicieron que fuésemos poco a poco mejorando nuestro nivel de vida, evidentemente nadie de nosotros hemos olvidado de donde vinimos pero de justicia es reconocer que muchos nos integramos en esta otras culturas y nos sentimos en ellas muy a gusto al menos hablo Por Mi.
Quien no recuerda aquella primera vez que vuelves a nuestra querida Jimena, como al ver el letrero en despeñaperros que indica estar entrando en la provincia de Jaén recorre por todo el cuerpo una sensación extraña de alegría y pena, si este momento era emocionante mucho mas cuando ibas llegando a Chaqueta y aparecía nuestro querido Pueblo colgando de la sierra y vigilado por la cruz de la atalaya, que sensación mas maravillosa, el pelo de punta o la carne de gallina que bienestar mas extenso recorre nuestro cuerpo difícil de compararlo con cualquier otra sensación.
Un saludo atodos@
M. Nieto M. Rasca

Hola Mariano: Como siempre... impregnado de sensibilidad..., hermoso relato amigo. Yo recuerdo que cuando volví a Jimena, en el año 79, iba en el coche de Simón, el esposo de mi prima Ana (la de mi tía Juana), él nos había ido a buscar a la estación de Jaén. Lo cierto es que, cuando el carro dió la vuelta que se dejó ver la blancura del pueblo, como bien dices tú "... colgando de la sierra...", le dije a Simón que detuviera el carro porque esa imagen..., acompañada de esa sensación que muy bien describes..., tenía que "vivirla" intensamente, pues no en valde había soñado con ese momento durante tantos años. De hecho, tengo inclusive algunas fotos que nos tomamos en aquel lugar.
Espero volver a vivir ese instante y si Dios me da esa oportunidad, creo que lo
viviré más intensamente, así como todas las cosas que durante mi estadía pueda disfrutarlas, pues en aquella fecha la edad no me permitía pensar ciertas cosas, tal parece que cuando somos jóvenes, la vejez, las enfermedades, la muerte, son cosas muy lejanas y no las concebimos en nosotros; sin embargo ahora, las cosas las veo desde otro ángulo y trato de "vivirlas" al máximo.
Saludos
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Guarda en tu memoria este nombre PUERTO BLANCO, así se llama el sitio donde te parastes y quizás te vuelvas a parar, si Dios quiere, es el lugar exacto donde por primera vez, desde que vienes de Jaén, se ve Jimena, y además colgada de la Tabla o si quieres recordar su nombre es el conocido "LANCHAR".