... orgullosa de sú Palacio, de su pasado, de sus calles ámplias de blánco nacarado; de sú sol y sú eterna mirada a la Sierra Mágina... como aguardándo un milagro para que el agua, cristalina y eterna, aflore por sus fuéntes, por su rio, por sus huertas... y saciar la sed de sús buenas géntes. Saludos foro; buén fín de semana. Lope Viedma.