Ahora obtenido el permiso para publicar la foto completa en el foro lo hago con mucho gusto, pues de alguna forma quiero hacer un homenaje a tantos y tantas Jimanatos @ que como mis vecinos Luisa y Diego lo hicieron durante años y años.
Cada año por esta fecha y tal como lo hacían nuestros antepasados llega el momento a la caída de la tarde de ponerse aovar los higos que previamente se han ido secando en lo zarzos de la huertas de nuestro Pueblo, la tarea no es nada sencilla, requiere un mimo exquisito para ir con los dedos poco a poco dándoles el punto de aplastado correcto, lo mismo a los negros que a los blancos, que luego están en el invierno tan ricos, sobre todo si los acompañamos de unos trozos de buenas nueces, quien de muchacho no abierto un higo seco por la boca y le metió un trozo de nuez eso era un bocao exquisito posiblemente ahora se va perdiendo la costumbre pero los responsables de la agricultura de esta país deberían fomentar y recuperar estos productos de nuestra tierra hasta meterlos en los mercados a un precio justo para que no tengamos que ver como se pierden en el suelo mientras en las tiendas de cualquier capital se ven higos de mucho peor calidad traídos desde países como Turquía a un precio de 7 euros el kilo.
Antiguamente esta era una costumbre muy arraigada en nuestro Pueblo recordar aquellos corros de mujeres sentadas a la fresca a finales del mes de agosto y primeros de Septiembre haciendo esta tarea y como en las cámara de las casas nuestra Madre los movía y movía hasta que sacaban aquel color blanco tan dulce, recordándolo se me hace la boca agua.
Se que mis vecinos Luisa y Diego y otros pocos mas mantienen esta tradición y que además se los quitan de las manos y me alegro muchísimo pues su trabajo les cuesta, pero me da mucha pena que se queden en el suelo de las huertas kilos y kilos sin poder aprovecharlos por no tener una comercialización apoyada y potenciada por las autoridades competentes o los mercados, estoy seguro que si se pagaran solo a la mitad del precio que hacia indicación anteriormente y no tengo nada contra estos Países están en su derecho, pero ni la calidad ni estoy seguro la cantidad se pueden comparar y lo digo porque he probado ambos productos.
En fin así poco a poco se van perdiendo los productos naturales y cada vez mas nos invaden con alimentos que poco o nada tienen que ver con estas tradiciones de comida sana como la que hoy hacemos mención.
Pues bien de alguna manera quería hacer un modesto homenaje a todas esta personas que aun mantienen nuestras tradiciones, espero que Dios le de una larga vida y que pasen esas tradición a sus hijos y nietos, estoy seguro que lo harán aunque soy consciente de que los tiempos han cambiado demasiado.
Un saludo.
M. Nieto de M. Rasca
Cada año por esta fecha y tal como lo hacían nuestros antepasados llega el momento a la caída de la tarde de ponerse aovar los higos que previamente se han ido secando en lo zarzos de la huertas de nuestro Pueblo, la tarea no es nada sencilla, requiere un mimo exquisito para ir con los dedos poco a poco dándoles el punto de aplastado correcto, lo mismo a los negros que a los blancos, que luego están en el invierno tan ricos, sobre todo si los acompañamos de unos trozos de buenas nueces, quien de muchacho no abierto un higo seco por la boca y le metió un trozo de nuez eso era un bocao exquisito posiblemente ahora se va perdiendo la costumbre pero los responsables de la agricultura de esta país deberían fomentar y recuperar estos productos de nuestra tierra hasta meterlos en los mercados a un precio justo para que no tengamos que ver como se pierden en el suelo mientras en las tiendas de cualquier capital se ven higos de mucho peor calidad traídos desde países como Turquía a un precio de 7 euros el kilo.
Antiguamente esta era una costumbre muy arraigada en nuestro Pueblo recordar aquellos corros de mujeres sentadas a la fresca a finales del mes de agosto y primeros de Septiembre haciendo esta tarea y como en las cámara de las casas nuestra Madre los movía y movía hasta que sacaban aquel color blanco tan dulce, recordándolo se me hace la boca agua.
Se que mis vecinos Luisa y Diego y otros pocos mas mantienen esta tradición y que además se los quitan de las manos y me alegro muchísimo pues su trabajo les cuesta, pero me da mucha pena que se queden en el suelo de las huertas kilos y kilos sin poder aprovecharlos por no tener una comercialización apoyada y potenciada por las autoridades competentes o los mercados, estoy seguro que si se pagaran solo a la mitad del precio que hacia indicación anteriormente y no tengo nada contra estos Países están en su derecho, pero ni la calidad ni estoy seguro la cantidad se pueden comparar y lo digo porque he probado ambos productos.
En fin así poco a poco se van perdiendo los productos naturales y cada vez mas nos invaden con alimentos que poco o nada tienen que ver con estas tradiciones de comida sana como la que hoy hacemos mención.
Pues bien de alguna manera quería hacer un modesto homenaje a todas esta personas que aun mantienen nuestras tradiciones, espero que Dios le de una larga vida y que pasen esas tradición a sus hijos y nietos, estoy seguro que lo harán aunque soy consciente de que los tiempos han cambiado demasiado.
Un saludo.
M. Nieto de M. Rasca