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"Calle Llana", "Calle de la Cárcel" ¡qué linda eres! cuando bajan y suben tus mujeres, "Callejón de los Hornos", "La Majá", mi calle, la de "Santiago el Mayor", todas con sus buenas gentes, "Las Cuatro Esquinas" con su terracita, "Calle Bella", "El Piojo" con sus casitas adosadas, la lumbre que se hacía en "Santa Lucía", "La Cuesta del Fraile", "El Cárcavo", "El Molino del Pan", "La Avenida de San Sebastián", "El Huerto de los Curas", "Chaqueta" donde yo echaba el cuco.
De regreso me vengo por "La Carretera Alta" y me paro en la puerta de Alejandro, mi maestro. "El Paseo" donde tanto y tanto jugué, ¡y eso que no tenía columpios!, pero donde fui tan feliz. Recuerdo que me hizo Manolico "chispas" un diávolo y me puse más contenta que unas pascuas, corrí a casa de Antonio el de Paquito y le compré una gorda de cordel y nos apostábamos a ver que niña era la que pasaba la Torre del Castillo, ¡qué ingenua! como si yo pudiera saltarme un castillo y menos este, que con su torre nos da poderío, porque señores este sí que es un castillo, ¡miradlo, le duele la piedra de ser bonito!.
¿Y el reloj?, cuantas serenatas ha dado tu campana tocando la hora.
Campanario de la Iglesia que buen anunciador eres, si lo que se celebra es alegría tu campanil sale al vuelo, que son tan especial cuando a dúo con la campana os ponéis a repicar y cuando estás triste por la pérdida de tus hijos, el doblar de tus campanas es gemido ensordecedor.
¡Jimena! con tus aromas nos cautivas todo el año, en invierno tu olor a molino y aceite que nos envuelve, en primavera a tomillo y alhucema que nos embriaga, en verano a brevas e higos en los zarzos que nos enloquece y en otoño, cuando el viento mece las ramas de los pinos del parque, nos estremece.
Shsss, ¡SILENCIO! El campanil de la ermita se ha vuelto loco, se la vuelto loco con su tin tan tin tan, sí, se pone loco al salir la Señora y ver como la aplauden y pasean por la Lonja. ¡Ay qué loco! cuando ve que Jimena se la lleva desde Cánava a su parroquia.
¡Ay qué alegría!, ¡ay qué alegría! Porque esta tarde vamos de romería.
El Niño de la Virgen es tan travieso que a toda Jimena le tira BESOS.
Mª Luisa Amezcua Lanzas, 2000
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"Calle Llana", "Calle de la Cárcel" ¡qué linda eres! cuando bajan y suben tus mujeres, "Callejón de los Hornos", "La Majá", mi calle, la de "Santiago el Mayor", todas con sus buenas gentes, "Las Cuatro Esquinas" con su terracita, "Calle Bella", "El Piojo" con sus casitas adosadas, la lumbre que se hacía en "Santa Lucía", "La Cuesta del Fraile", "El Cárcavo", "El Molino del Pan", "La Avenida de San Sebastián", "El Huerto de los Curas", "Chaqueta" donde yo echaba el cuco.
De regreso me vengo por "La Carretera Alta" y me paro en la puerta de Alejandro, mi maestro. "El Paseo" donde tanto y tanto jugué, ¡y eso que no tenía columpios!, pero donde fui tan feliz. Recuerdo que me hizo Manolico "chispas" un diávolo y me puse más contenta que unas pascuas, corrí a casa de Antonio el de Paquito y le compré una gorda de cordel y nos apostábamos a ver que niña era la que pasaba la Torre del Castillo, ¡qué ingenua! como si yo pudiera saltarme un castillo y menos este, que con su torre nos da poderío, porque señores este sí que es un castillo, ¡miradlo, le duele la piedra de ser bonito!.
¿Y el reloj?, cuantas serenatas ha dado tu campana tocando la hora.
Campanario de la Iglesia que buen anunciador eres, si lo que se celebra es alegría tu campanil sale al vuelo, que son tan especial cuando a dúo con la campana os ponéis a repicar y cuando estás triste por la pérdida de tus hijos, el doblar de tus campanas es gemido ensordecedor.
¡Jimena! con tus aromas nos cautivas todo el año, en invierno tu olor a molino y aceite que nos envuelve, en primavera a tomillo y alhucema que nos embriaga, en verano a brevas e higos en los zarzos que nos enloquece y en otoño, cuando el viento mece las ramas de los pinos del parque, nos estremece.
Shsss, ¡SILENCIO! El campanil de la ermita se ha vuelto loco, se la vuelto loco con su tin tan tin tan, sí, se pone loco al salir la Señora y ver como la aplauden y pasean por la Lonja. ¡Ay qué loco! cuando ve que Jimena se la lleva desde Cánava a su parroquia.
¡Ay qué alegría!, ¡ay qué alegría! Porque esta tarde vamos de romería.
El Niño de la Virgen es tan travieso que a toda Jimena le tira BESOS.
Mª Luisa Amezcua Lanzas, 2000
