Cuantas veces subimos por este solitario callejón donde mas de una vez saludábamos al Seba o al Juan de Juan borrico, comprábamos unas mandarinas en casa de las patagallinas, o un buen trozo de palodur en casa de Vicente Calabuch o un cigarrillo en casa de Encarnación la de Montilla.
Momentos si duda inolvidables en una tarde de otoño lluviosa.
Mariano
Momentos si duda inolvidables en una tarde de otoño lluviosa.
Mariano