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JIMENA: ....

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---------------PREGÓN DE LAS FIESTAS DE JIMENA 1.993------------

Dícese del tópico que es la exaltación de una circunstancia que de tan repetida llega a hacerse habitual. En estas fechas en Jimena son tópicos los deseos de ver procesionar a la Virgen de Cánava por las calles del pueblo que protege, el encuentro de los días que faltan para que llegue el día 7 de Septiembre, la venida de los "forasteros" (tan jimenatos en su corazón como los que permanecemos aquí durante todo el año), el programa de festejos preparados por el Ayuntamiento y para cuando será su reparto, y tantos y tantos otros que están en la mente de todos. Pues en tal línea, el este autor del Pregón de Fiestas, por invitación del Ayuntamiento y por considerarlo un grato deber, va a comentar otros dos tópicos jimenatos: el orgullo de serlo y las verbenas de Cánava.

El primero de ellos, entendido como amor al pueblo que le vio nacer, le ha supuesto al que suscribe diversas renuncias, entre ellas a ostentar las Secretarías a otros municipios con mayor número de habitantes, a otear otros horizontes, etc., renuncias que considero bien pagadas por el mero hecho de que me han permitido el lujo de vivir entre mi gente, entre vosotros, jimenatos, y trabajar por y para mi pueblo.

Parece que el hecho de pertenecer a un pueblo pequeño es un estigma a los ojos de los que viven en ciudades más o menos grandes, pero los que tenemos la suerte de vivir en los pequeños municipios conocemos y amamos una forma de vida que se caracteriza por la tranquilidad, el conocimiento de todos y cada uno de los vecinos, la convivencia cercana que conlleva la amistad y, en caso necesario el auxilio inmediato de un vecino a otro, y además, cuestión no poco importante, la pureza del aire que respiramos, la ausencia de ruidos molestos y un sinfin de atractivos más; consiguientemente, yo volvería ese parecer de los habitantes de las urbes por pasiva; particularmente, yo nunca me sentiría feliz viviendo en una ciudad y pienso que la inmensa mayoría de vosotros tampoco; de ahí el orgullo, bien entendido, como el que cada quien puede sentir por su pueblo, de sentir a Jimena en lo más profundo de mi corazón, de pertenecer a una villa que quizá cada día se hace más pequeña, pero que sigue manteniendo arraigadas sus tradiciones, acendrada su personalidad y viva la pelea diaria por seguir adelante en el devenir del tiempo.

El segundo comentario, que enlaza con el anterior, lo merecen las verbenas de Jimena; lo diré con una sola frase, dejando en su alto lugar la devoción y cariño que Jimena siente por su Virgen, "las verbenas de Cánava son lo mejor de la Fiesta"; creo interpretar el sentir jimenato cuando digo que esas dos noches constituyen el punto álgido de los festejos, tienen un encanto especial y específico, son propias de Jimena y se hacen para nosotros, para este pueblo al que trae sin cuidado que otros piensen que están desfasadas, que critiquen la indumentaria exigida para esas noches, et., ¿quién de vosotros no ha sentido ese característico hormigueo en el estómago que se produce cuando las manecillas del reloj se van aproximando a las diez de la noche de los días 8 y 9 de Septiembre?; todo el mundo tiene prisa, hay que cenar, arreglarse, falta tiempo, vamos a llegar tarde...; comienzan a verse los primeros trajes de fiesta, las primeras corbatas, el barullo de coches camino de Cánava, los problemas de aparcamiento, la final entrada, expectante y entre expectación, a la lonja; en fin, nuestras Verbenas.

Según cuenta un jimenato, de los más viejos del lugar, la primera verbena tuvo lugar en la hoy tan deplorablemente deteriorada casería de "El Pomar", trasladándose su celebración posteriormente al sitio actual, siendo en su origen privadas y popularizándose posteriormente con el paso de los años y el avance en el progreso económico y social; hoy día constituyen la quizá única ocasión de que las guapas mujeres de Jimena luzcan trajes de noche y puedan vivir dos noches de gala; pienso que fiesta más popular es imposible de conseguir y que, entre todos, tenemos que conservarlas y mejorarlas cada año. Al final ha tenido razón el Padre Lope (quien en su "Historia de Jimena", describe Cánava como "sitio delicioso, centro de la riqueza, de la religión, de la poesía y de la distracción de Jimena"), cuando dejó plasmado su convencimiento de que Cánava tendría un destino futuro en gran parte recreativo, (aunque le hubiera sido difícil al ilustre jimenato atisbar siquiera que se convertiría en el centro de, como dicen los jóvenes, "la movida" veraniega).

En otro orden de cosas, quiero hacer una referencia a la concordia que siempre se pide para las Fiestas, haciendo extensiva esa petición a todo tiempo y gentes de nuestro pueblo; en un sistema político de libertades públicas deben existir virtudes como la tolerancia y, sobre todo, el respeto a todo y a todos; decía el filósofo ateniense Protágoras, (año 410 antes de Cristo) que la democracia debía de ser la suma de la vergüenza y de la justicia y ya, más actualmente, el entonces Presidente de los Estados Unidos de América, Lyndon B. Jhonson (1.964-1.969) dejó escrito su convencimiento de que "la esencia misma de la libertad es el derecho y el privilegio de disentir"; dicha tolerancia y respeto mutuo que, a mi entender, compendian el sentir democrático, debe llevarnos a aunar esfuerzos, olvidando fantasmas pasados, por el bien común, y, en particular, a los jimenatos, a trabajar por nuestro pueblo, haciendo confluir ideas y voluntades, sin exclusiones de ningún tipo.

Pero me he puesto un tanto trascendente y no era esa mi intención, sino solamente expresaros mi sincero deseo de que la Fiesta de Jimena sea un nexo de unión en todos los órdenes para vosotros, que cundan la alegría y la diversión y que paséis, junto con vuestros familiares y amigos, unos inmejorables días.
Un saludo a todos.

Jimena, 10 de Agosto de 1.993.-

ANDRÉS CARRASCO ORTIZ
Secretario del Ayuntamiento.