Cosas de Mi Pueblo.
Llegaban los primeros signos de Progreso a nuestro Pueblo.
Estas fechas me hacen recordar ciertas formar de vida de Mi pueblo de aquellos años donde la situación económica no era muy boyante, pero se iba despertando en aquellas familias el sentido de la supervivencia y las ganas de conocer otras regiones de Nuestro País donde llegaban rumores de prosperidad, al menos mas de lo que era en nuestra Andalucía.
Llegaban rumores de paisanos que habían ido a la Mili al Norte y comentaban a su llegada la cantidad de trabajo que se veía por aquellas tierras, se solicitaban albañiles y peones destajistas, para acometer obras de viviendas, urbanizaciones, hoteles y hospitales, movimiento de tierras y saneamientos nuevos, traídas de agua a zonas que serian años después grandes núcleos de personas inmigrantes, de distintas partes de nuestra geografía y el boca a boca funcionaba, Que si Mi Primo se ha colocado en la Obra, que si Mi Tito y el hijo se han colocado muy bien, otros comentaban que los muchachos se estaban haciendo grandes y había que pensar en su futuro, que allí lo único que había era los jornales de la aceituna y algún peoncillo suelto y esto no podía ser, que tanpoco era una buena vida los Marios casi to el año fuera y Ellas y los muchachos en Jimena esperando el giro mensual para seguir subsistiendo en fin se barruntaba que se podía tener una vida mas digna y que incluso los muchachos podrían unos aprender un buen oficio o trabajar en una de esas fabricas tan modernas que hacían coches, electrodomésticos o ropa, por poner algunos ejemplos.
Eran los tiempos del infernillo de petróleo. ¿Os acordáis el olor que se metía en las casas con aquel olor a petróleo? Pero claro era la modernidad y empezaba el consumo y mira, entre otras cosas evitaba echar la lumbre en el buen tiempo y nuestras Madres ya no tendrían que blanquear tanto, tampoco caería hollín a ningún guiso, a ver en que casa no ha caído un trozo de hollín cuando se estaba haciendo algún guiso en la sartén y ¡a le! a tirarlo, o de aquellas radios que hacían nuestros paisanos de las cuatro esquinas Juan Antonio y su hermano, por cierto recordándolos no puedo dejar de acordarme de aquella moto guzzi roja, seguramente de las primeras en nuestro Pueblo o de la maquina de afeitar eléctrica que empezaron a llegar de la mano de Gines el de la Luz, aquello era todo un acontecimiento para nuestros Padres ya no nos mandaría la Madre a comprar aquellos paquetillos de cinco hojas de cuchillas de afeitar de la Sevillana o las de la MSA tengo que decir que eran junto a la plancha eléctrica unos de entre tantos y tantos inventos que iban llegando aquellos hogares, que poco a poco se iban recuperando de aquella posguerra de hambre y miseria.
Ciudades como Barcelona, Madrid, o Pamplona iban acogiendo aquellas familias de nuestra Andalucía.
Se que este tema daría para unas cuantas paginas pero lo dejo aquí con la intención de abrir un pequeño debate en estos días de puente si a sí lo consideráis sobre aquella inmigración.
Un saludo.
M. Nieto de M. Rasca
Llegaban los primeros signos de Progreso a nuestro Pueblo.
Estas fechas me hacen recordar ciertas formar de vida de Mi pueblo de aquellos años donde la situación económica no era muy boyante, pero se iba despertando en aquellas familias el sentido de la supervivencia y las ganas de conocer otras regiones de Nuestro País donde llegaban rumores de prosperidad, al menos mas de lo que era en nuestra Andalucía.
Llegaban rumores de paisanos que habían ido a la Mili al Norte y comentaban a su llegada la cantidad de trabajo que se veía por aquellas tierras, se solicitaban albañiles y peones destajistas, para acometer obras de viviendas, urbanizaciones, hoteles y hospitales, movimiento de tierras y saneamientos nuevos, traídas de agua a zonas que serian años después grandes núcleos de personas inmigrantes, de distintas partes de nuestra geografía y el boca a boca funcionaba, Que si Mi Primo se ha colocado en la Obra, que si Mi Tito y el hijo se han colocado muy bien, otros comentaban que los muchachos se estaban haciendo grandes y había que pensar en su futuro, que allí lo único que había era los jornales de la aceituna y algún peoncillo suelto y esto no podía ser, que tanpoco era una buena vida los Marios casi to el año fuera y Ellas y los muchachos en Jimena esperando el giro mensual para seguir subsistiendo en fin se barruntaba que se podía tener una vida mas digna y que incluso los muchachos podrían unos aprender un buen oficio o trabajar en una de esas fabricas tan modernas que hacían coches, electrodomésticos o ropa, por poner algunos ejemplos.
Eran los tiempos del infernillo de petróleo. ¿Os acordáis el olor que se metía en las casas con aquel olor a petróleo? Pero claro era la modernidad y empezaba el consumo y mira, entre otras cosas evitaba echar la lumbre en el buen tiempo y nuestras Madres ya no tendrían que blanquear tanto, tampoco caería hollín a ningún guiso, a ver en que casa no ha caído un trozo de hollín cuando se estaba haciendo algún guiso en la sartén y ¡a le! a tirarlo, o de aquellas radios que hacían nuestros paisanos de las cuatro esquinas Juan Antonio y su hermano, por cierto recordándolos no puedo dejar de acordarme de aquella moto guzzi roja, seguramente de las primeras en nuestro Pueblo o de la maquina de afeitar eléctrica que empezaron a llegar de la mano de Gines el de la Luz, aquello era todo un acontecimiento para nuestros Padres ya no nos mandaría la Madre a comprar aquellos paquetillos de cinco hojas de cuchillas de afeitar de la Sevillana o las de la MSA tengo que decir que eran junto a la plancha eléctrica unos de entre tantos y tantos inventos que iban llegando aquellos hogares, que poco a poco se iban recuperando de aquella posguerra de hambre y miseria.
Ciudades como Barcelona, Madrid, o Pamplona iban acogiendo aquellas familias de nuestra Andalucía.
Se que este tema daría para unas cuantas paginas pero lo dejo aquí con la intención de abrir un pequeño debate en estos días de puente si a sí lo consideráis sobre aquella inmigración.
Un saludo.
M. Nieto de M. Rasca
Hola Mariano: de los infernillos de petróleo, me contaba mi abuela esta historia.
..."De como Luis Maroto llegó volando hasta lo más alto del Campanario..."
Antes de empezar esta pequeña historia (para que veais que es veridica), os diré que el Campanario antiguo no era tan alto como el de ahora.
En aquella época se utilizaban " Los Infernilos " de petróleo en casi todoas las casas.
Una noche el infernillo se pegó fuego, y ante los gritos de mi abuela, a mi abuelo no se le ocurrió otra cosa que cogerlo y salir calle arriba corriendo, al explotar el aparato en sus manos, con la propulsión... ¡Llego volando hasta el campanario!... la caida fue milagrosa pues no se rompió ningun hueso, pero si grandes quemaduras.
Decia mi abuela que lo peor de aquel suceso fue tener que soportar durante meses y meses, el olor cansino y penetrante del "unguento" para las quemaduras.
Un saludo, Rafi.
..."De como Luis Maroto llegó volando hasta lo más alto del Campanario..."
Antes de empezar esta pequeña historia (para que veais que es veridica), os diré que el Campanario antiguo no era tan alto como el de ahora.
En aquella época se utilizaban " Los Infernilos " de petróleo en casi todoas las casas.
Una noche el infernillo se pegó fuego, y ante los gritos de mi abuela, a mi abuelo no se le ocurrió otra cosa que cogerlo y salir calle arriba corriendo, al explotar el aparato en sus manos, con la propulsión... ¡Llego volando hasta el campanario!... la caida fue milagrosa pues no se rompió ningun hueso, pero si grandes quemaduras.
Decia mi abuela que lo peor de aquel suceso fue tener que soportar durante meses y meses, el olor cansino y penetrante del "unguento" para las quemaduras.
Un saludo, Rafi.
Hola Rafi, la verdad que fué un verdadero milagro que tu abuelo no se rompiera ningún hueso, tal vez como cayó en el campanario, los ángelitos "metieron la mano". Sabes que mirando bien la foto, primero, me recuerda muchísimo las veces cuando mi madre tenía que ir a Jaén, en busca de algún producto para su peluquería y nosotras esperábamos, con tanta impaciencia e ilusión (pensando que algo "rico" nos traería), ver aparecer en la plaza el autobús. Y por otra parte, miro y miro lo que dice el carrito de helados pero no estoy segura, ¿dice MOLINILLA?, te acuerdas de aquello: "con copete y cucharilla..., que lo vende Molinilla"