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POLO.
Resulta muy difícil establecer la ascendencia de este cante. Se admite que ya en el siglo XVIII existía en tierras andaluzas una canción bailable de este nombre; sin embargo, la modalidad flamenca -creemos- que no tiene nada que ver con aquel aire popular.
El Polo, igual que la Caña, es uno de los cantes más difíciles que existen. Sus prolongados y difíciles <<tercios>>, parecen que están vinculados a las primitivas endechas moriscas.
Tanto el Polo como la Caña se inscriben en el mismo compás y aires musicales. Hubo un cantaor, apodado Tobalo (de Ronda), que dio forma definitiva -según tradición oral- al Polo. El primero que habla de él fue José Cadalso (Cartas Marruecas, 1773); después Estébanez Calderón (Escenas andaluzas, 1845).
Se cree que influyó en la Soleá, dando origen a la <<Soleá Apolá>>.
El Polo, la Caña y la Soleá se tocan en el mismo compás (3 x 4: Compás ternario).
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POLO.
Resulta muy difícil establecer la ascendencia de este cante. Se admite que ya en el siglo XVIII existía en tierras andaluzas una canción bailable de este nombre; sin embargo, la modalidad flamenca -creemos- que no tiene nada que ver con aquel aire popular.
El Polo, igual que la Caña, es uno de los cantes más difíciles que existen. Sus prolongados y difíciles <<tercios>>, parecen que están vinculados a las primitivas endechas moriscas.
Tanto el Polo como la Caña se inscriben en el mismo compás y aires musicales. Hubo un cantaor, apodado Tobalo (de Ronda), que dio forma definitiva -según tradición oral- al Polo. El primero que habla de él fue José Cadalso (Cartas Marruecas, 1773); después Estébanez Calderón (Escenas andaluzas, 1845).
Se cree que influyó en la Soleá, dando origen a la <<Soleá Apolá>>.
El Polo, la Caña y la Soleá se tocan en el mismo compás (3 x 4: Compás ternario).
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