Tardío pero cierto, después de preguntarte veinte veces si la ponía o no hay la tienes
Te respondí en su día que debias de ponerla o por lo menos que me la mandases para ponerla yo, pero tuvistes que esperar para que yo enseñara la manita, menos mal que solo se ven cuatro dedos y te quedas con el regusto del ver el quinto.