Por lo que atañe a la cofradía del Cristo de Cabrilla de la vecina y hermana villa de Jimena ocupa un lugar especial en la memoria de los niños que conformamos la generación posterior a la guerra civil. Su venida a esta localidad era en la mañana del 28 de septiembre, al llegar a las Canteras —algo más de dos kilómetros del casco urbano— tiraban unos cohetes y eso era la señal de que ya estaban cerca del pueblo. Inmediatamente se ponía la comitiva en marcha. Integrada por el ayuntamiento, clero parroquial, cofradías locales, vecinos y especialmente toda la chiquillería, animados por los gigantes y cabezudos, especialmente por el Pinchalasuvas, se encaminaban a la fuente del Moralejo. En este lugar se celebraba el fraternal encuentro y tras los saludos de rigor se retornaba con júbilo y alegría hasta la iglesia parroquial donde saludaban con viva emoción al Cristo de Cabrilla y se entonaba un Solemne Te Deum en acción de gracias. Cuatro días permanecían con nosotros aquellas buenas gentes de Jimena, que todo el Pueblo de Cabra trataba con sumo afecto y cariño, pues era la única cofradía, de las muchas documentadas a lo largo de los siglos, que nunca dejaron de venir y fueron fieles a su cita anual con el Cristo de Cabrilla.
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http://www. cabradelsantocristo. com/monograficos/sansebastian2 011/sansebastian2011. html
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