PARA RAFI
RETRATO
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—;
mas recibí la flecha que me asignò Cupido
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
RETRATO
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—;
mas recibí la flecha que me asignò Cupido
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
... Adoro la hermosura,
y en la moderna estética
corté las viejas rosas
del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites
de la actual cosmética,
ni soy ave de esas
del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas
de los tenores huecos
y el coro de grillos
que cantan a la luna.
A distinguir me paro
las voces de los ecos,
y escucho solamente,
entre las voces, una.
y en la moderna estética
corté las viejas rosas
del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites
de la actual cosmética,
ni soy ave de esas
del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas
de los tenores huecos
y el coro de grillos
que cantan a la luna.
A distinguir me paro
las voces de los ecos,
y escucho solamente,
entre las voces, una.