JIMENA: La tristeza, aunque esté siempre justificada, muchas...

La tristeza, aunque esté siempre justificada, muchas veces sólo es pereza. Nada necesita menos esfuerzo que estar triste.

Al comienzo fueron vicios, hoy son costumbres.

El que se arrepiente de haber pecado es casi inocente.

(Séneca)