Juan de Sahagún, Santo
Predicador Agustino.
“ ¡Padre, no has sabido frenar tu lengua! Señor Duque, dígame para qué he subido al púlpito, ¿para anunciar la verdad a cuantos me escuchan o para adularlos vergonzosamente?”. Este tenso diálogo tuvo lugar entre el indignado duque de Alba, presente en la función religiosa, y el agustino fray Juan de Sahagún, que había pronunciado el sermón. Aquel día el P. Juan, aprovechó la presencia en la iglesia de muchos nobles de la ciudad y de las autoridades civiles para denunciar el mal gobierno de la administración y las injusticias perpetradas por los poderosos con daño de las personas más débiles, los latrocinios más o menos encubiertos, los fomentadores de banderías, y la opresión a los súbditos. En Salamanca Juan se había convertido en punto de referencia segura para todos. El público se sentía atraído por el predicador “amable”, pero a la vez valiente y justo...
(Catholic. net)
Predicador Agustino.
“ ¡Padre, no has sabido frenar tu lengua! Señor Duque, dígame para qué he subido al púlpito, ¿para anunciar la verdad a cuantos me escuchan o para adularlos vergonzosamente?”. Este tenso diálogo tuvo lugar entre el indignado duque de Alba, presente en la función religiosa, y el agustino fray Juan de Sahagún, que había pronunciado el sermón. Aquel día el P. Juan, aprovechó la presencia en la iglesia de muchos nobles de la ciudad y de las autoridades civiles para denunciar el mal gobierno de la administración y las injusticias perpetradas por los poderosos con daño de las personas más débiles, los latrocinios más o menos encubiertos, los fomentadores de banderías, y la opresión a los súbditos. En Salamanca Juan se había convertido en punto de referencia segura para todos. El público se sentía atraído por el predicador “amable”, pero a la vez valiente y justo...
(Catholic. net)