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JIMENA: ES UN POCO LARGO PERO CREO QUE MERECE LA PENA...

El que borracho se acuesta, con agua se desayuna.

Este si te puedo asegurar que es verdad.

ES UN POCO LARGO PERO CREO QUE MERECE LA PENA

Noche oscura y tenebrosa

Tan achispado iba Antón

Que cayó de un tropezón

En la senda borrascosa

Lanzó un recio juramento

Diciendo:

¿quién se cayó?

Y en la pared del convento

Resonó el eco;

-YOOOOOOOO…

-Mientes, fui yo quien caí

Y si el casco me rompí

Tendré que gastar pelucas

-LUCASSSSSSS…

-No soy Lucas, ¡voto a Dios!

Y nos veremos los dos

Tunante de farfantón

-ANTONNNNN…

- ¿Me conoces? ¡Eh tunate!

Pues espérate un instante,

conocerás mi navaja.

-BAJAAAAAAA…

-Bajaré con mucho gusto

¿Te figuras que me asusto?

Al contrario, más me exalto.

-ALTOOOOOOO…

-Alto yo! Piensa el osado.

Que cien lauros que he ganado

Hoy con mengua los marchito?

-CHITOOO....!

-Y se atreve este insolente

Mandar callar a un valiente

¿Que calle yo, miserable?

-HABLEEEEEEE…

-Hablaré por vida mía

Hasta que con este acero

tu lengua impía taladre.

-LADREEEEEE…

- ¿¡Ladrar yo!? ¿Soy perro quizás?

Dime villano ¿do estás?

Que de no verte me aburro.

-BURROOOOOO…

- ¿Burro yo? ¡Insulto tamaño!

Vengaré de un modo extraño;

Que el sitio me es oportuno

- TUNOOOO....!

- ¿Mas, dónde está el majadero

Que ya hacerle rajas quiero?

Responda ¿dónde se encuentra?

- ENTRAAAA.....

- ¿Porqué no sales, bellaco?

¿Es que tu valor es flaco

Contra el mío colosal?

- SAAAALL...

Aquí me tienes, cobarde,

Dime ¿quieres que te aguarde?

Do estas? bali!, nadie se me acerca?

— CERCA!

— Pero ¿dónde estás? repito.

Que escuchando estoy tu grito

Mas el no verte me admira?

—MIRA!

— Ya miro; pero que diablo!

Si no veo con quien hablo,

Pues no parece ninguno

—UNO!

— Uno? pues bien, salga ya:

Mi coraje probará:

Le aguardo, aquí me coloco

— LOCO!

— Chanceaste acaso tú?

Por vida de Belcebú

Sal presto; me desespero

— ESPERO!

— Así te burlas de mí?

Responde: quién eres di?

Ya de colera reviento

— VIENTO!.

— Eres algún trasgo inmundo

Ó eres cosa de este mundo?

Habla: nada hay que me asombre

— HOMBRE!

— Mas eres vivo ó difunto?

Aclárame todo al punto

Y con quien hablas repara

— PARA!

— Si eres ánima afligida.

Bien; mas si eres de esta vida,

Hoy mi brazo te destruye

— HUYE!

— En vano intentarlo quieres,

Pues mientras no sé quién eres,

Mi espíritu no se asombra

SOMBRA!

— Sombra? Dios mío! en tal caso

Perdóneme, que eché un vaso,

Tres cepitas y un bizcocho

—OCHO!

— Ocho! se engaña, pardiez!:

Serían siete tal vez,

Que otra la tomó Ramona

— MONA!

— Lo que es mona, no señor:

Me puso alegre el licor,

Y á Ramonita también

—BIEN!

— Señor, no volveré más:

Fué en el café de D. Blas,

Do estuve con ella sola

—HOLA!

— Es un poco vivaracha,

Pero muy guapa muchacha,

Muy salada y oportuna

—TUNA!

— Eso es tal vez impostura;

Mas ya que V. lo asegura;

Sobre ese punto no alterco

— TERCO!

— Bien, señor, ya no replico.

Si queréis, callaré el pico,

Como si fuera de tabla

—HABLA!

— Pues señor, iba diciendo.

Con ella hablando y riendo

Tomé lo que me convino

—VINO!

— Vino, si señor, un poco:

Dos vasos me han vuelto loco;

Que echase más no penséis.

—SEIS!

— ¡¿Seis?!; No me acuerdo en efecto,

Que tengo siempre el defecto

De no contarlos después

— PUES!

— Mas en medio de todo eso

No se me ha turbado el seso.

Ni á la muchacha toqué

—QUÉ?

— Que no quise abusar de ella.

Pues aunque es muy fresca y bella

Aun tengo alguna virtud

—TÚ?

— Yó, pues que mal hice?, diga.

Cuando le cayó una liga

Se la puse y nada más

—MÁS!

— Ah! sí, me acuerdo, de prisa

Le miré si la camisa

Era lienzo de Cambray

-AY!

— Sombra que todo lo sabes,

Despáchame cuando acabes,

Que por mi parte acabó

—VE.

— Si, gracias, me voy que es tarde:

Adiós! el Cielo te guarde!

Triste sombra veneranda

— ANDA.

Marchóse Antón taciturno

Con tímida planta lista.

Recelando que aun le embista

Aquel fantasma nocturno

Que se ocultara á su vista.

Llega á su casa al momento,

Do le esperaba su esposa,

Y afirmó con juramento

Que una sombra pavorosa

Le hablara junto al convento.

FRANCISCO AÑÓN