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JIMENA: Fiesta de Santa Cecilia...

Fiesta de Santa Cecilia
Patrona de la Música
Virgen y Mártir
Martirologio Romano: Memoria de santa Cecilia, virgen y mártir, que, según la tradición, consiguió la doble palma por amor a Jesucristo, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia de Roma. El título de una iglesia en el Transtíber lleva desde antiguo su nombre (s. inc.).

La gran devoción popular hacia la virgen y mártir romana hizo que el nuevo calendario litúrgico conservara su memoria, a pesar de que faltan documentos históricos anteriores al siglo VI. Esta devoción y el mismo patrocinio de Santa Cecilia sobre la música sagrada se deben efectivamente al relato de su martirio, titulado Pasión, fechado después del año 486. En ella la fundadora del “título” de la basílica de Santa Cecilia en Trastévere es identificada con una santa homónima, enterrada en las catacumbas de San Calixto y que habría sufrido el martirio durante el imperio de Alejandro Severo, hacia el 230.

Lirio del cielo
Noviembre 22
I. EL PALACIO DE LOS CECILIOS. UNA CASA PATRICIA DE LA ROMA IMPERIAL
En un ángulo del campo de Marte, cerca del mausoleo de Augusto y tan próxima al Estadio, que en los grandes días se oyen los gritos de la multitud, se yergue una casa patricia de la roma imperial. Desde allí se ve el Tíber. Detrás, se alza la fachada del Panteón, a la derecha el jardín, y en el interior un patio alegre, poblado de estátuas, pertenecientes a la nobilísima gens de los Cecilios. Pero los mármoles rodaron y el recuerdo se ha olvidado. Aquel palacio aristocrático de la Roma de los Antoninos, es hoy la iglesia de Santa Cecilia, espejo de la nueva Roma, restaurada por Cristo, la abeja industriosa de los panales del Señor, como la llama el pontífice Urbano. Una abeja libadora de flores de virtudes, que atesora en silencio y en oración. En una habitación, en un cofre de plata, se guarda el Evangelio que la joven lee todos los días.

(fragmento) Catholic. net.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Al pie de la imagen de Santa Cecilia,
un triste bohemio comenzó a tocar,
diciendo en voz baja:
No tengo familia, ni patria, ni rumbo, ni hogar.
Vengo en busca tuya, lloroso y hambriento,
para que te apiades de mi situación.
Con que tú lo ordenes en tu pensamiento,
se abrirán las puertas de cualquier mesón.
La música aquella seduce y encanta.
De pronto, un objeto cayó al violín, ... (ver texto completo)