Hola Oscar!
Muy interesante tu comentario.
Me permito añadir la siguiente información. (como bien dices SEAMOS SERIOS)
La República llegó con una aureola de un optimismo ilusorio, que hizo creer a muchos que el mero cambio de régimen iba a arreglar los grandes problemas que tenía España entonces planteados: paro, miseria, atraso económico, la cuestión regional, etc. Esperanzas que se vieron pronto defraudadas.
A ello hay que añadir que la nueva Constitución republicana de 1931 no era una constitución de concordia sino de revancha. La República nacía así del peor modo posible, con un revanchismo que en vez de sumar restaba apoyos.
Tampoco fue una causa menor la torpe política religiosa de la República, que provocó agravios innecesarios entre los católicos. Así se privó la República del sostén de la derecha católica, que pudo haber constituido un apoyo importante para el nuevo régimen.
Por si fuera poco no triunfaron las imprescindibles reformas sociales que hubiera asentado a la República, ni las fuerzas republicanas hicieron un esfuerzo por convencer a las clases más pudientes de la necesidad urgente de estas reformas.
(Google)
Muy interesante tu comentario.
Me permito añadir la siguiente información. (como bien dices SEAMOS SERIOS)
La República llegó con una aureola de un optimismo ilusorio, que hizo creer a muchos que el mero cambio de régimen iba a arreglar los grandes problemas que tenía España entonces planteados: paro, miseria, atraso económico, la cuestión regional, etc. Esperanzas que se vieron pronto defraudadas.
A ello hay que añadir que la nueva Constitución republicana de 1931 no era una constitución de concordia sino de revancha. La República nacía así del peor modo posible, con un revanchismo que en vez de sumar restaba apoyos.
Tampoco fue una causa menor la torpe política religiosa de la República, que provocó agravios innecesarios entre los católicos. Así se privó la República del sostén de la derecha católica, que pudo haber constituido un apoyo importante para el nuevo régimen.
Por si fuera poco no triunfaron las imprescindibles reformas sociales que hubiera asentado a la República, ni las fuerzas republicanas hicieron un esfuerzo por convencer a las clases más pudientes de la necesidad urgente de estas reformas.
(Google)