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JIMENA: Llega un padre a casa, después del trabajo, y le pregunta...

Llega un padre a casa, después del trabajo, y le pregunta a su hijo:
- ¿Con qué juegas hijo?
- Pues con lo que me sale de los huevos…
El padre le pega un bofetón…y el niño se va corriendo a la madre…
- ¡Mamaaaaaaaaa, ya no quiero más huevos Kinder!

Esto es un hombre que le van a operar, y antes de entrar en el quirófano…
Le dice el médico:
- Vamos a ponerle anestesia.
Y él dice:
-Anestesia no!, prefiero Blancanieves.

-Tengo 250.000 palomas
-Mensajeras?
-Noo, no te ensajero nada!

Están dos vacas y una le dice a la otra muuuuuu
y la otra dice: eso lo iba a decir yo, me lo has quitado
de la boca.

- ¿Cómo te llamas?
- Coca-cola, ¿y tú?
-Yo, María
- ¡Ja, ja, ja, ja, ja!... ¡Como las galletas!...

Un señor para a otro por la calle y le dice:
- Perdone, ¿tiene hora?
Y el señor le contesta:
- No, lo siento, se la acabo de dar a aquella señorita.

Dos amigos que se ven después de mucho tiempo…
- ¿Dónde has estado Juan?
- Pues he estado yendo al médico para quitarme las ganas de fumar.
- ¿Y ha dado resultado?
- ¡Claro!
- ¿Pero fumas o no?
- Sí, pero ahora sin ganas...

Van dos amigos por la calle…:
- Hombre Roberto, ¿qué tal todo?
- Pues mira, me saqué la plaza de funcionario.
- ¡En serio!, qué bien, así no trabajarás por las tardes.
- Pues por las tardes no voy. Pero por las mañanas tampoco trabajo.

Estaba un ratoncito de vacaciones y va a un hotel, y resulta que tiene que
subir por el ascensor y el encargado del ascensor era un elefante y el
elefante le pregunta:
¿Qué piso?
Y el ratoncito le contesta llorando:
Mi colita.

Están dos magdalenas en un horno y dice una:
- ¡Qué calor hace!-
Y dice la otra
-Ostras, una magdalena que habla!-

Esto son dos amigos que viven en un pueblo de montaña.
"Mariano ¿has visto la máquina que han traído al pueblo?"
Le contesta el otro, que era algo bruto: "Yo a esa máquina la paro poniéndome delante de ella".
Así lo hizo y cuando el tren lo arrolló se quedó maltrecho y herido. Lo llevaron a casa del alcalde y allí le prepararon un café para reanimarlo. Cuando el mozo oyó el silvido de la cafetera se levantó de un salto, y le arreó un bastonazo, diciendo: "Contra estos aparatos hay que pelear cuando son chiquitos porque cuando son grandes ya no se puede contra ellos".