¿Y cómo estuvo esa tortilla de espárragos?, UHMMMM..., me muero por comerme una. Aquí, los únicos espárragos que se consiguen, son los que vienen enlatados y por ser producto importado, cuesta, no un ojo de la cara, sino los dos.
¡Qué divino poder caminar por el
campo, sin el temor de ser atracado por los malandros!; realmente hay cosas simples en la vida, que no se valoran hasta que no se pierden. En este país, lamentablemente, hace mucho tiempo que dejamos de disfrutar de todo lo que significa
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