JIMENA: Arturo Gonzalez....

Arturo Gonzalez.

Da igual lo que digamos. Luego llega Mayor Oreja, ex ministro del Interior y eurodiputado por el PP que cobra 7.956 euros al mes, la gran bicha del partido, y dice que no se deben televisar las cargas policiales porque incitan a manifestarse y excede a la prudencia, y ningún político protesta, ni de derecha ni de izquierda ni nacionalista ni de nada. Y la opinión de Oreja cala en la masa biempensante. Ya podemos desgañitarnos en los blogs o en las calles – porque otros sitios no hay – que ni se inmutan. Naturalmente, las televisiones tampoco se quejan, ni siquiera La Sexta que ya es de Antena 3 y Lara, aunque de momento haga la vista gordoideológica.

¿Pero no iban a hacer una Ley de Transparencia? ¿Ah, que esto no es tema para ella? Claro, lo único transparente es que el Gobierno impide el desarrollo democrático. Con la tácita aquiescencia a la afirmación de Oreja, están, todos, legitimando el oscurantismo y la brutalidad represiva de antaño. Nuestros políticos son unos cobardes, así de simple. Viven en la burda ortodoxia del orden que ellos mismo establecen y en el que se regodean satisfechos.

Deberían publicar un catálogo de lo que es prudente o imprudente, lo que incita o no a la violencia. Nos chulean, nos humillan, nos toman por retrasados mentales, y, lo que es más grave, nos hacen. La frase de Oreja sí que es una incitación a lo social y políticamente escatológico. Pero ellos siguen refugiados en las barricadas de sus escaños. Señores políticos de toda laya, váyanse ustedes a la mierda. Ustedes hacen que los españoles seamos colegiales obedientes. Sepan que lo que no es prudente es que las cámaras de televisión les graben a ustedes sus patochadas y sus echar balones fuera. Ninguno de ustedes se planta con firmeza para aclararle a Oreja y Rajoy que lo que no es prudente es que haya cargas policiales desmedidas y sin motivos bastantes, que es intolerable que infiltren polis provocadores, que masacren y aplasten la libertad de expresión, que nos hagan creer que la democracia es esto, que impongan el miedo y oculten el terror. Los más ancianos del lugar, entre los que me encuentro, no recuerdan en el franquismo una correría similar a la de hace tres días en la Estación de Atocha de Madrid. ¿Puede la democracia defender que esto no se filme? Y encima los condecoran. Han quedado con el trasero a la intemperie: lo que no les gusta es que los ciudadanos se manifiesten. Pues quítenlo de la Constitución. Prefieren catalogarnos de populistas advenedizos o irredentos.