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JIMENA: Hola APM: No sabes como te agradezco el q

Bueno Pedro, al final han aparecido los textos que buscas, aunque el que tú titulas "DE CUANDO LA AFRANCESADA" yo lo tengo cómo "La afrancesada". Espero que sea el mismo.
Me tomo la libertad de transcribirlo aquí, en vez de mandártelo por correo, para que quién no lo leyera entonces, lo pueda hacer ahora. Espero no te importe.
Bueno, allá va.

LA AFRANCESADA

Tiene Maria Lorite unos ojos que aprietan, una casa en la calle de la Majada, con
una azotea, un perro y unos muslos que ahogan la falda. Y muchos libros y un reír suave. También tiene cinco suertes de olivos en la Mataparda y en el llano de la Alambra, treinta y cinco años y una cascada de pelo negro que se derrama generosa
por sus hombros. El Aznaitín no cabe en su corazón, ni en sus laqbios. Cuentan que tuvo amores y ahora influencias. Es hermosa pero no quiso hombre. La llaman "La Afrancesada".

Juan de Gómez, subió a los "cantos" de Cánava, desangrado e inerme. Gritaba: ¡Gabachos de mierda, no podréis con Jimena ¡. Desde una risca, en el barranco "Del Gollizno", por donde brincaba alegre el agua camino de la "Cascada"
salió huyendohacia "El Cuarto", maltrecho, heridoaverado. Lo atraparon los france-
ses. Condenado por sedición, rebelión, traición. La muerte.

La belleza, los treinta y cinco años y el corazón de Maria Lorite atraviesan el arco de la Plaza Alta del Postigo, cortando el aire, camino del Castillo y solici
ta hablar con el oficial francés. Una vez que está ante él, se expresa así:"No es
un mandilón ese hombre ¡Es un valiente ¡Déjalo escapar. Toma mis joyas y mi cuerpo. Tan solo el sol y el aire lo han tomado. Es tuyo y mi corazón será un se-
creto, si lo dejas libre.

El jefe de la guarnición besó a Maria Lorite, en las mejillas. Juan de Gómez murió
a los pocos días de un disparo certero, cuando estaba escondido en la cueva que
llaman "La Graja". Un oficial francés marchó de Jimena, avergonzado, y Maria Lorite
lloró con rabia.

Mientras, en el pueblo, el miedo avanzaba y los hilantos crecían en los caminos.
Tambien las mariposas bailaban en los jaramagos.

PECEB 2003

Un saludo

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