Luis es un placer leer tus relatos, lo del borrico es buenisimo por tanta añoranza como tenemos los de nuestra generacion a estos animales. Yo esperaba a mi tio Andres cada dia en el pilon para poder montar en uno de ellos, pues mi padre solia tener mulos y esos mo daban miedo. Que envidia de la sana poder escribir asi, un saludo muy grande y hasta el lunes