Tercer domingo de Adviento.
Encendemos la tercera velita.
--- Adviento, camino que nos lleva a Dios
Hoy es tercer domingo de Adviento.
El Adviento no sólo revela la venida de Dios a nosotros, sino también indica el camino que nos lleva a Dios. De este camino precisamente nos habla la liturgia de hoy.
Éste es, ante todo, el camino del comportamiento según la conciencia.
Lo enseña Juan en la región del Jordán. Responde a las preguntas de los soldados, de los publicanos y de todas las multitudes de los hombres: “ ¿Qué debemos hacer?” (Lc 3,10).
Comportaos de manera justa. Cumplid concienzudamente vuestros deberes. Sabed dar de lo vuestro a los otros. Compartid lo que tenéis con los necesitados.
El camino hacia Dios es, sobre todo, camino de la conciencia y de la moral. Por este camino los mandamientos llevan al hombre.
Los que se convierten a este camino en las riberas del Jordán reciben el bautismo de penitencia.
Juan confiere este bautismo y, a la vez, anuncia la venida de Cristo que “bautizará con Espíritu Santo y fuego” (Lc 3,16).
(Almudi. org.)
Encendemos la tercera velita.
--- Adviento, camino que nos lleva a Dios
Hoy es tercer domingo de Adviento.
El Adviento no sólo revela la venida de Dios a nosotros, sino también indica el camino que nos lleva a Dios. De este camino precisamente nos habla la liturgia de hoy.
Éste es, ante todo, el camino del comportamiento según la conciencia.
Lo enseña Juan en la región del Jordán. Responde a las preguntas de los soldados, de los publicanos y de todas las multitudes de los hombres: “ ¿Qué debemos hacer?” (Lc 3,10).
Comportaos de manera justa. Cumplid concienzudamente vuestros deberes. Sabed dar de lo vuestro a los otros. Compartid lo que tenéis con los necesitados.
El camino hacia Dios es, sobre todo, camino de la conciencia y de la moral. Por este camino los mandamientos llevan al hombre.
Los que se convierten a este camino en las riberas del Jordán reciben el bautismo de penitencia.
Juan confiere este bautismo y, a la vez, anuncia la venida de Cristo que “bautizará con Espíritu Santo y fuego” (Lc 3,16).
(Almudi. org.)