Cosas de Mi Pueblo.
Noche de Reyes en aquellos años 50
Aquella tarde habían venido de la aceituna un poco antes, el día fue húmedo y el aperaor Parrica y Martinico el rubio aperaores de Don Manuel Alfonso con el fin de que pudieran arreglar un poquillo la casa y poder hacer los mandaos soltaron un hora antes el tajo, a demás habían aprovechado la fecha que era para estar un poco más cerca del Pueblo.
El tajo estuvo en la callejuela ancha y esto hizo que en un cuarto de hora ya estarían secando la enaguas y los calcetines para que estarían dispuesto y secos al día siguiente.
Aquella lumbre en la cocina en pleno esplendor ya anocheciendo era el preludio de una noche de fantasías, en casa los reyes no dejaban juguetes, con echarte un estuche completo y una carpeta azul de cartón o quizá una pluma de la de mojar en tintero sería suficiente y contentos pues seguro que muchos de mis paisanos no tendrían ni eso.
Pero aquella noche que recuerdo no se mi olvidaría jamás, había venido Mi Tita Maria que trabajaba en Gijón a vernos y claro además de algo de ropa y algunos zapatos nuevos y aquellos chorizos asturianos que tan diferente eran a los que hacia Mi Abuela Catalina, seguro que habría regalos diferentes. Y claro que los hubo ese día, nada más levantarme vi que en unas alpargatas había una pelota de goma casi un balón por el diámetro que tenia, la alegría fue inmensa pues una pelota de ese diámetro haría las delicias de una patulea de muchachos en la era que había frente al cuartel y así fue, en cuanto me fue posible en compañía de algún amigo y algún primo no tardamos en llegar a la era y liarnos a darle patadas hasta que llegara la hora de comer. Sin duda era para mí un gran regalo, pues como decían antes no era lo habitual en una casa humilde donde la economía dependía de aquel jornal fijo de Don Manuel Alfonso, algo que nada hay que agradecer, pero que tampoco hay que maldecir pues tanto en aquellos tajos como en las fabricas de aceite vi trabajar gentes de todas la ideologías en esos años 50, no era fácil poder tener trabajo como mis paisanos @ saben.
No recuerdo ver lo Reyes en mi pueblo siendo Yo niño, entonces la TV no existía tampoco, por lo tanto eran leyenda pura, solo en el nacimiento de la escuela, la iglesia o algún otro lugar uno podía imaginárselos, eso sí sabias su nombre de memoria y que el Baltasar era negrito.
La tienda de Andresico el artista de bajo del arco con la ventana como escaparate era parada continua de niños y niñas pegando la nariz y dejando el vaho en el cristal para ver la novedades que cada año traía, balones de goma, pelotas, caballitos de cartón, muñecas, cocinillas diábolos, trompas, pizarrines Alpino, estuches libretas y libros nuevos plumieres, plumas, bolígrafos etc etc. Cuentas fantasías habría en esas noche para aquellos Niños y Niñas llenos de ilusión luego aunque solo les echaran un lápiz y una goma nueva seguro que se conformarían, pues no existía la ambición y el consumismo de hoy, afortunadamente y todo seria bienvenido y muy bien recibido.
Esa noche las luces de las fabricas de aceite trabajando, el olor a turbios y jámila y las chimeneas de las casa echando humo blanco hacia que la noche fuese más mágica, seguro que si hoy tuviéramos un video como los que nos hace nuestro paisano Juan González “Marulo” sería una película en blanco y negro maravillosa de un Pueblo lleno de vida y buenas costumbres, ese Pueblo que Yo añoro, que recuerdo con cariño, del que nunca renunciaría por nada, del que Mi Padres me enseñaron a no olvidar jamás. Ese pueblo donde la vecindad y la familia eran un gran don, respetado y respetable, desde el Niño al Abuelo con sus miserias, su hambres, y sus problemas como un Pueblo vivo que era y espero lo siga siendo muchos miles de años.
Felices Reyes Paisanos@
M. Nieto de M. Rasca
5/01/2013
Noche de Reyes en aquellos años 50
Aquella tarde habían venido de la aceituna un poco antes, el día fue húmedo y el aperaor Parrica y Martinico el rubio aperaores de Don Manuel Alfonso con el fin de que pudieran arreglar un poquillo la casa y poder hacer los mandaos soltaron un hora antes el tajo, a demás habían aprovechado la fecha que era para estar un poco más cerca del Pueblo.
El tajo estuvo en la callejuela ancha y esto hizo que en un cuarto de hora ya estarían secando la enaguas y los calcetines para que estarían dispuesto y secos al día siguiente.
Aquella lumbre en la cocina en pleno esplendor ya anocheciendo era el preludio de una noche de fantasías, en casa los reyes no dejaban juguetes, con echarte un estuche completo y una carpeta azul de cartón o quizá una pluma de la de mojar en tintero sería suficiente y contentos pues seguro que muchos de mis paisanos no tendrían ni eso.
Pero aquella noche que recuerdo no se mi olvidaría jamás, había venido Mi Tita Maria que trabajaba en Gijón a vernos y claro además de algo de ropa y algunos zapatos nuevos y aquellos chorizos asturianos que tan diferente eran a los que hacia Mi Abuela Catalina, seguro que habría regalos diferentes. Y claro que los hubo ese día, nada más levantarme vi que en unas alpargatas había una pelota de goma casi un balón por el diámetro que tenia, la alegría fue inmensa pues una pelota de ese diámetro haría las delicias de una patulea de muchachos en la era que había frente al cuartel y así fue, en cuanto me fue posible en compañía de algún amigo y algún primo no tardamos en llegar a la era y liarnos a darle patadas hasta que llegara la hora de comer. Sin duda era para mí un gran regalo, pues como decían antes no era lo habitual en una casa humilde donde la economía dependía de aquel jornal fijo de Don Manuel Alfonso, algo que nada hay que agradecer, pero que tampoco hay que maldecir pues tanto en aquellos tajos como en las fabricas de aceite vi trabajar gentes de todas la ideologías en esos años 50, no era fácil poder tener trabajo como mis paisanos @ saben.
No recuerdo ver lo Reyes en mi pueblo siendo Yo niño, entonces la TV no existía tampoco, por lo tanto eran leyenda pura, solo en el nacimiento de la escuela, la iglesia o algún otro lugar uno podía imaginárselos, eso sí sabias su nombre de memoria y que el Baltasar era negrito.
La tienda de Andresico el artista de bajo del arco con la ventana como escaparate era parada continua de niños y niñas pegando la nariz y dejando el vaho en el cristal para ver la novedades que cada año traía, balones de goma, pelotas, caballitos de cartón, muñecas, cocinillas diábolos, trompas, pizarrines Alpino, estuches libretas y libros nuevos plumieres, plumas, bolígrafos etc etc. Cuentas fantasías habría en esas noche para aquellos Niños y Niñas llenos de ilusión luego aunque solo les echaran un lápiz y una goma nueva seguro que se conformarían, pues no existía la ambición y el consumismo de hoy, afortunadamente y todo seria bienvenido y muy bien recibido.
Esa noche las luces de las fabricas de aceite trabajando, el olor a turbios y jámila y las chimeneas de las casa echando humo blanco hacia que la noche fuese más mágica, seguro que si hoy tuviéramos un video como los que nos hace nuestro paisano Juan González “Marulo” sería una película en blanco y negro maravillosa de un Pueblo lleno de vida y buenas costumbres, ese Pueblo que Yo añoro, que recuerdo con cariño, del que nunca renunciaría por nada, del que Mi Padres me enseñaron a no olvidar jamás. Ese pueblo donde la vecindad y la familia eran un gran don, respetado y respetable, desde el Niño al Abuelo con sus miserias, su hambres, y sus problemas como un Pueblo vivo que era y espero lo siga siendo muchos miles de años.
Felices Reyes Paisanos@
M. Nieto de M. Rasca
5/01/2013
Mariano nada que añadir a tu escrito solo leerlo, releerlo, recordar aquellos tiempo y como no felicitarte porque continúes escribiendo como lo que haces.