Efectivamente había que ver el Manchester-
Madrid y vaya si lo vimos, medio blanco-medio tinto, después negro y por fin un árbitro ¡cojones había que tener! pero recuerdo otras circunstancias muy parecidas e incluso mas sangrantes y tuvimos que agachar la cabeza, al final blanco-blamquísimo, ahora todo comentarios y conjeturas, pero se ha pasado la maldición de octavos.
Aprovecho, aunque no me gusta mandar recaditos a nadie, menos si se aprovechan de la cagalera que les da el anonimato, si éste no
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