JIMENA: Querido Luís, mucha resaca, mucha resaca, pero no nos...

BISCUTER: Botellín de cerveza. Quinto. Botella de unos 20 centilitros de cerveza. Coche de los años 50/60 de color platilla, que no tenía marcha atrás.
(En los años 60 el Padre Lope y don Manuel Agudo jugaban a las cartas con los seminaristas que volvían de vacaciones. Y ellos se dejaban ganar un “BISCUTER”, cada uno para que no les tomaran ojeriza)

LOS DOMINGOS POR LA TARDE, PESE AL FÚTBOL, NO OS ABANDONO.

UN BREVE ENSAYO SOBRE LA RESACA (Por Luismarín).

No voy a relatar con pelos y señales como he llegado a la situación en que me encuentro hoy y a la que va dedicada esta corta reflexión. Aunque espero que, dadas las fechas festivas en que nos encontramos (y las que vienen), más de uno habrá de tenerla en cuenta. Creo, o recuerdo, que todo empezó en El Morgan y Los Mazos, al mediodía en la Plaza. Terminó, según me cuenta alguno, en el concierto de La Tribu (uno de sus componentes, Andrés, es nieto de Andrés el de la Gasolinera) en la antigua Cooperativa a horas innombrables. Mejor no entro en detalles por si alguien se asusta o, por el contrario, se “muere” de envidia. Esto que viene a continuación es un corto "ensayo" basado en mi experiencia de hoy domingo:

“La resaca es un cuadro de malestar general que se padece tras un consumo excesivo de bebidas alcohólicas, aunque no lo suficiente para llegar al coma profundo y a la subsiguiente muerte por depresión respiratoria. El término médico es Veisalgia”.

Una de las frases que muchos adultos (y menos adultos) han dicho más veces en su vida es: Esta es la resaca más espantosa de mi vida. Cada vez que la dices realmente crees que es la más espantosa de tu vida y normalmente siempre va seguida de una gran declaración de intenciones: ¡No vuelvo a beber!. Dado que al cabo de poco tiempo ambas frases se repiten, podemos llegar a la conclusión de que hay una gran cantidad de desinformación sobre las resacas y como tratarlas.

Si cometes excesos vas a sufrirlos. Igual que si te haces 3000 abdominales al día siguiente te dolerán hasta los pliegues del ombligo, si te “atufas” entre la tarde-noche 10 "biscuter", una botella de La Gitana y 5 “cubatas”, a la mañana siguiente vas a tener una resaca de las buenas. Pensar otra cosa es ciencia ficción.

Efectivamente, al día siguiente vas a sufrir muchísimo y puede que incluso desees la muerte o como poco una lobotomía que sea benigna. Por este motivo, no bebas guarradas ni bebas en una compañía desagradable. Que tu sufrimiento futuro sea por una buena causa, bebe cosas “espirituosas” y pásalo en grande.

Es imposible vencer a una resaca, completamente imposible, al menos para algunos (menos jóvenes) como yo. Como no puedes vencerla, lo suyo es hacerte su amigo. Darle lo que quiere, someterte a ella y no intentar luchas inútiles que lo único que van a hacer es agotarte y dejarte aún más débil para soportar los terribles síntomas que la resaca te manda. La resaca va a ganar así que lo mejor es no hacerle caso, a ver si así se cansa y se marcha más rápido aburrida de tu falta de atención.

Lo primero que quiere tu resaca es un Ibuprofeno. Pero lo quiere al llegar a casa. Si se lo das cuando te levantas ya no lo quiere. Es tan cabrona que es capaz de vomitarlo o enviarte un dolor de estómago que se sume al resto de los síntomas espantosos que estás sufriendo. La resaca quiere el Ibuprofeno antes de acostarte, justo antes de dormirte pensando “pues yo creo que no he bebido tanto…creo que mañana no voy a tener resaca”…ese es su momento.

Estás durmiendo, feliz en tus efluvios alcohólicos… todo es rosa o del color de la ginebra… da igual. De repente abres un ojo y antes de que puedas pensar en nada… ves sobreimpresionado en el techo de tu cuarto esta frase “Hola soy tu resaca y vengo a reventarte el día”. No intentes ni por un momento hacer como que no la ves, la resaca es como tu madre o tus hijos, es imposible ignorarla. Asúmela y apechuga.

De todos los síntomas de la resaca la "holgura craneal" es el peor. Despertarte, girarte en la cama y notar como tu cerebro va tarde, se mueve con retardo y lo que es peor, ha encogido, tiene holgura y choca contra tu cráneo provocándote un dolor inhumano y muy perturbador. Es tan perturbador que no te lo crees y vuelves a girarte…comprobando que sí, efectivamente…tu masa cerebral ha encogido o tu cráneo se ha expandido…siendo muy probables ambas opciones.

La resaca es mala comedora: nada de verduras, nada de cosas que haya que masticar mucho porque se hacen bola, nada de fruta, nada de pescado. Ella quiere guarradas y a poder ser mezcladas de manera asquerosa e ingeridas sin orden ni concierto. Una buena resaca quiere para desayunar un zumo de naranja con un pincho de tortilla, para a las dos horas pedir un plato gigante de macarrones con tomate y luego un sándwich de nocilla y una pulga de jamón y de cena comida china. Todo es apetecible y tu resaca lo quiere, pero tu estómago no está tan por la labor y la lucha que se establece entre tu gula resaquil y las ganas de “potar” te van a dejar exhausto. De todos modos, no merece la pena comer acelgas y pescado porque vomitarás igual y tu resaca se vengará.

Cuando la resaca llega, te posee. Tu cuerpo ya no es tuyo. No tienes ningún tipo de control sobre tu temperatura corporal ni tampoco sobre tus posturas. Te encontrarás tumbado en el sofá con los pies en la pared y la cabeza colgando tapado con tu “batamanta” y de pronto estarás en manga corta sentado con las piernas cruzadas en el suelo porque la resaca ha decidido que no le gusta el sofá. Te tumbaras boca arriba, boca abajo, del lado derecho, del izquierdo…es una olimpiada postural agotadora. Los brazos solo sirven para cambiar de canal…nada de intentar sostener pesos…cualquier cosa más grande que el mando a distancia es mala idea.

La resaca es un ser solitario y egoísta. Lo peor que puedes hacer es juntarla con gente dicharachera o gente que no bebe. Por supuesto también hay que huir de gente que te da consejos como “bebe café con sal”, “come aguacate con zumo de limón” o gente que tiene las narices de decirte: ¡es que no sabes beber!.

La resaca afina tu sentido auditivo hasta extremos inconcebibles. Te hace escuchar cualquier ruido en un radio de 3 km a la redonda y lo que es peor, lo convierte en un estruendo que te hace arrugar la nariz, cerrar los ojos y sufrir muchísimo.

La resaca "progresiva" llega a tu vida a la vez que la vista cansada, a partir de los 40. Te levantas fresco como una lechuga, agitas la cabeza y compruebas que no tienes holgura craneal y piensas ¡joder!, que bien…no tengo resaca con lo que bebí ayer. Será que he aprendido a beber” y hoy voy a estar feliz y como una rosa. ¡Ja, Ja, Ja!. La resaca progresiva llega poco a poco, cuando te crees el rey del mundo, primero un ligero dolor de cabeza, luego temblor en las piernas, sudores fríos, nauseas, espasmos, retortijones y después la holgura craneal a traición. La resaca progresiva es de “viejunos” y jode infinito. Así que ya sabéis, si vais a sufrir todo este tormento que por lo menos cuando recordéis la noche anterior, se os ponga una sonrisa y penséis: qué resaca tengo, pero qué bien me lo pasé.

Por último, y ya acabo, de todo lo anterior podémos sacar algunas conclusiones: La resaca es como las agujetas, desaparece en cuanto vuelves a hacer ejercicio (el mismo que te la ha producido). En todo el día no paras de pensar que tendrían que existir dos domingos, uno para la resaca y el otro para descansar. Si hemos perdido a un amigo por causa del alcohol, no nos dejemos llevar por la venganza y exclamemos ¡Alcohol tu acabaste con mi amigo, pues ahora yo acabaré contigo!. Claro que tampoco es nada sano hacerle caso a ese otro amigo que siempre te dice: ¡Evita la cruda (resaca), permanece siempre borracho!

Saludos y hasta otro domingo sin resaca. Seguro que el próximo no va a ser.

PD: La mayoría de los razonamientos (y hoy con mayor motivo) no son míos. Ahora bien, con todas las brumas de mi cabeza (“buceando” por diversos tratados sobre los efectos del alcohol) y mi resaca he podido hacer el resumen anterior. A esta técnica la llaman “faena de aliño”.

Querido Luís, mucha resaca, mucha resaca, pero no nos das el parte de La Tribu. Un cronista tiene que ser preciso: hora de inicio, duración del espectáculo, número de asistentes, tendencias musicales, y ya pisando charcos, una crítica sobre la calidad de los interpretes, pero tu nada, dale que dale a la resaca; que si tengo ortostatismo, que si he perdido vellosidad intestinal, tío si es que a ciertas edades ya sabes... si empiezas al mediodía no puedes continuarla de madrugá, que a esas horas ya han salido nuestros hijos y nos ven.
Nada, nada, no tienes excusa, este lunes no te lo has currao, (ni una mala foto del concierto). Yo tenía previsto acudir pero al final no pude colocar a los churumbeles y, aunque no soy de gitanas ni zoilos, un sexto cubata si hubiera compartido con alguno de los presentes. Bueno, ea, a esmerarse pa la próxima. Ya sabes que cuando uno hace bien su trabajo nadie te felicita, pero no se te ocurra equivocarte, te llueven la críticas, pues eso.
Un abrazo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Querido Peri:

Efectivamente, a nuestra edad, aunque todavía joven e ingenua, lo que no se puede hacer el querer ponerte a la altura de unos "veinteañeros". Aunque no pierdas los papeles, pierdes la pluma con la que escribir la crónica y la amnesia que te sobreviene al día siguiente es un aviso de lo que por desgracia nos espera.

Un abrazo,