LA MADRUGÁ DE JIMENA
Abre la iglesia sus puertas
aparece el nazareno
con la cabeza inclinada
y sobre el hombro un madero.
Lleva una corona de espinas
que rodea su cabeza
se la han puesto sus verdugos
para humillar su grandeza.
Sale la Virgen llorando
por el dintel de la puerta
con el rostro traspasado
por el dolor y la pena.
Los costaleros con rabia
unen sus corazones
y mecen sus imágenes
subiendo los escalones.
El silencio se hace el rey
de toda la madrugada
y solo se escuchan los acordes
que va interpretando la Banda.
Música de agonía
la que acompaña a Jesús
que quiere hacerle más dulce
el calvario de la cruz
Ya en el centro de la plaza
siendo testigo el pilar
las imágenes suben al cielo
a las ordenes del capataz.
Con la música de fondo
y el olor a incienso y cera
van recorriendo las calles el nazareno y su madre
en la MADRUGÁ de JIMENA.
Angel Jimenez Tirado
28-03-2013
Abre la iglesia sus puertas
aparece el nazareno
con la cabeza inclinada
y sobre el hombro un madero.
Lleva una corona de espinas
que rodea su cabeza
se la han puesto sus verdugos
para humillar su grandeza.
Sale la Virgen llorando
por el dintel de la puerta
con el rostro traspasado
por el dolor y la pena.
Los costaleros con rabia
unen sus corazones
y mecen sus imágenes
subiendo los escalones.
El silencio se hace el rey
de toda la madrugada
y solo se escuchan los acordes
que va interpretando la Banda.
Música de agonía
la que acompaña a Jesús
que quiere hacerle más dulce
el calvario de la cruz
Ya en el centro de la plaza
siendo testigo el pilar
las imágenes suben al cielo
a las ordenes del capataz.
Con la música de fondo
y el olor a incienso y cera
van recorriendo las calles el nazareno y su madre
en la MADRUGÁ de JIMENA.
Angel Jimenez Tirado
28-03-2013