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JIMENA: ENSEÑAR AL QUE NO SABE...

ENSEÑAR AL QUE NO SABE
Para entender la noción de pintura rupestre, lo más conveniente es descomponer la expresión en sus dos términos.
La pintura es el material que se aplica sobre una superficie en capas delgadas para recubrirlo o para crear algún tipo de dibujo. La palabra también se usa para nombrar al arte que consiste en la creación de una representación gráfica mediante pigmentos u otras sustancias.
Rupestre es aquello perteneciente o relativo a las rocas. Por extensión, este adjetivo se utiliza para nombrar a lo primitivo o rudo.
La pintura rupestre, en definitiva, es la representación gráfica y los dibujos que se encuentran en rocas o cavernas y que fueron realizados en la prehistoria. Al encontrarse dentro de estructuras como una cueva, las pinturas rupestres lograron resistir el paso de los siglos y muchas de ellas aún pueden apreciarse en la actualidad.
Esto hace que la pintura rupestre sea una de las manifestaciones artísticas más antiguas que hayan subsistido hasta nuestros días. Los expertos sostienen que algunas pinturas rupestres tienen unos 40.000 años de historia.
Las pinturas rupestres más famosas se encuentran en España y en Francia, siendo las manifestaciones halladas en la Cueva de Altamira (en Cantabria) el máximo exponente del arte prehistórico.
Se cree que las pinturas rupestres estaban asociadas a ciertos rituales o creencias mágicas para favorecer la caza. Por eso muestran animales como bisontes, mamuts y ciervos, al igual que marcas de manos.
Los colores usados en las pinturas rupestres suelen ser el negro, el rojo, el amarillo y el ocre, tonalidades logradas con carbón vegetal, minerales y diversos fluidos.