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JIMENA: El caso es claro, Luis....

LOS DOMINGOS POR LA TARDE, PESE AL FÚLBOL, NO OS ABANDONO.
EL SALUDO ENTRE JIMENATOS: UN ASUNTO “DELICADO”. (Por Luismarín)

Al final todo llega. Después de las idas y venidas a Madrid, la rehabilitación, las revisiones con mi traumatólogo de Jaén y los eventos familiares he sacado tiempo para el prometido ensayo sobre el Saludo en Jimena. Hablaba de la singularidad (de este hecho tan normal) que reviste el saludo entre jimenatos. Todavía, en estos tres meses que he vivido en el pueblo, he podido comprobar cómo se mantiene la polémica si debe saludar el que llega o el que reside aquí. Más de un día me he topado de frente con hombres y mujeres que miraban hacia otro lado o bajaban la cabeza si no era yo el que los saludaba. Una vez roto el fuego, las muestras de interés y cariño por mi situación no las escatimaban, pero si yo no hubiera dado el primer paso la "indiferencia" de las otras personas se habría manifestado de manera irremediable en su comportamiento.

Sin embargo, antes de ilustrar con un ejemplo una situación que viví el año pasado y que corrobora mi teoría sobre los “problemas” a la hora de saludar, voy a intentar hacer un proyecto de ensayo sobre el saludo, sus formas y algunas recomendaciones a tener en cuenta a la hora de poner en práctica esta norma de cortesía. De esta manera, espero que aguantéis hasta el final y lleguéis a la trama del “relato” de este domingo.

Las personas para comenzar a relacionarse necesitan de diferentes formulas, sean verbales o físicas, para expresar sus intenciones. El saludo es una forma de iniciar este acercamiento y mostrará a su interlocutor su forma de ser. Qué hacer y cómo, le ayudará a mejorar la empatía con su entorno. El saludo es considerado un gesto universal de educación, respeto y cordialidad, no hacerlo de manera adecuada puede dar por concluido una relación social sin haberla iniciado. El saludo es tan importante como el comunicarse de forma correcta o vestir adecuadamente. Si bien es cierto el saludo es universal la forma lo es bastante peculiar y lleva nuestra marca personal.

El saludo tiene un gran valor simbólico porque dependiendo de cómo lo expresemos será entendido como un gesto de cercanía, de proximidad, de relaciones profesionales o afectivas o un mero gesto de buenas costumbres. Su ausencia, demuestra un posible enfado o irritación. De aquí surge la frase de “retirar el saludo” como claro reflejo de una actitud hostil o poco amigable.

El saludo es una forma cortes en que una persona hace notar a otra u otras, su presencia o a través de la cual comienza una conversación. La definición de la Real Academia de la Lengua dice así: “Dirigir a alguien, al encontrarlo o despedirse de él, palabras corteses, interesándose por su salud o deseándosela, diciendo ¿cómo estás?, adiós, hola, etc.”.

Las formas en las que se puede realizar el saludo son múltiples: una mirada, una leve inclinación de la cabeza, unas palabras, estrechar las manos, besarse, etc. También puede convertirse en un símbolo de identidad de un grupo y demostración de pertenencia al mismo, como puede ser el caso de los comunistas que se saludan con el puño cerrado. Siempre que nos saludan se debe corresponder a éste, como señal de cortesía. Rechazar el saludo es considerado como falta de educación o síntoma de un gran enfado. Cuando saludamos transmitimos mucha información y debemos observar con atención la forma en la que lo realizamos. El saludo a los menos allegados es como el trato a los huéspedes por obligación familiar. Lo que importa no es si hay o no hay cariño, sino saberlos recibir cuando se presentan, acompañarlos mientras están, y despedirlos con cortesía cuando se marchan

Se suelen usar como saludo expresiones verbales que desean felicidad como ¡Buenos días!. Que incluyen alusiones religiosas tal que ¡A la buena de Dios! o sencillamente con la interjección ¡Hola! u otras expresiones familiares. ¡Adiós! significa que la persona esté con Dios. Este tipo de saludo viene dado cuando nos cruzamos con personas que conocemos, como forma de buena educación. En poblaciones pequeñas las personas se saludan cuando se ven por la calle pero en las grandes ciudades esta situación no sucede. ¿Cuándo se utiliza?, por ejemplo: a la llegada a tu centro de trabajo, cuando nos cruzamos con un vecino en las escaleras, al entrar en un ascensor, cuando nos dirigimos a una persona y le vamos a preguntar alguna cosa o al entrar en un recinto donde hay varias personas. Los españoles decimos "buenos días" antes de comer y "buenas tardes" después de comer. Muchas de estas expresiones se usan también como despedida, en la que también se pueden utilizar expresiones como ¡Hasta luego!, ¡Nos vemos! o ¡Chao!. Nunca olvidare el saludo que (desde que aprendí a hablar) intercambiaba con mi madre antes de irme a la cama: ¡Mamá buenas noches hasta mañana!, ¡Si Dios quiere hijo mío, si Dios quiere!. Naturalmente no faltaban un par de besos.

Dependiendo de las culturas el saludo se realiza de diferentes maneras. Así los esquimales se frotan la nariz y los japoneses hacen una reverencia, ya que consideran antihigiénico estrecharse las manos. En la sociedad actual (en casi todo el mundo) el gesto más utilizado es el apretón de manos. En su origen, esta acción era una manifestación de paz, ya que al extender la mano se demostraba que no se portaban armas ni instrumentos agresivos. También, el hecho de mostrar la palma de la mano se identifica con una persona honesta y leal. El apretón de manos es una práctica muy común en nuestros tiempos pero es casi milenaria y era utilizada tanto en el Oriente como en el Occidente. Su origen se remonta a más de 5 mil años atrás, atestiguado por jeroglíficos Egipcios, representaban pactos y arreglos entre hombres y deidades que, solemnemente, apretaban sus manos en señal de acuerdo. Uno de los antecedentes históricos proviene de Babilonia hace casi unos 4 mil años. En cada festividad de Año Nuevo el monarca babilonio debía realizar un cortés acto de sumisión ante Marduk (Dios babilónico). Este acto consistía en dirigirse hacia la estatua de dicha deidad y, en señal de respeto, estrechar su mano.

En Grecia y Roma se estilaba saludar estrechándose las manos pero de manera diferente de como lo hacemos hoy en día. Allí se agarraba la muñeca de la otra persona apretando fuerte. Esto viene de un ritual muy antiguo: Cuando en las primeras etapas de Grecia, marcada por varios dialectos y subculturas, se encontraban dos aldeanos de pueblos diferentes en el medio del campo, o viajeros en los caminos desolados, lo primero que hacían era retirar sus dagas y ver cómo reaccionaba la contraparte. Si ésta mostraba signos de no querer pelear se procedía a guardar la daga y agarrar la muñeca derecha de la otra persona (en señal de que uno no retiraría su daga y lo apuñalaría a traición), entonces hablarían tranquilamente para saber si la otra persona tenía algo que intercambiar o comprar. En la edad media, los caballeros para saludarse daban la mano contraria al lugar donde llevaba la espada (que solía ir colgada a la izquierda), al ofrecer esa mano el contrincante se aseguraba de que éste no iba a sacar la espada para atacarle.

Se distinguen muchos tipos de apretones de mano:

El primero sería el NEUTRAL O SEGURO. Un apretón de manos normal, sin hacer demasiada fuerza ni demasiado poca, horizontalmente, sin que ninguno quede por encima del otro. Este es el bueno. Tiene que demostrar confianza pero no un exceso de fuerza física.

Luego tenemos el GUANTE. En el guante, uno de los dos coloca la otra mano sobre la de quien saluda, de forma que tiene las dos manos ocupadas en el saludo. Este me recuerda a la película “El Padrino” con Marlon Brando saludando así. Es una forma muy directa de demostrar que se pretende controlar la interacción. Normalmente, al que está en el otro lado no le gusta, así que es mejor evitarlo.

Hay también otro tipo de saludo con nombre de película americana: TERMINATOR. Es aquel en el que uno de los dos hace demasiada fuerza en el saludo. La inclinación hacia un lado, de forma que las manos queden paralelas al suelo, es también otra señal de dominio. En el lado opuesto está el llamado PEZ MUERTO, y es aquel en el que uno apenas aprieta la mano que le dan, sino que la deja floja. Este gesto indica inseguridad y normalmente crea cierta desconfianza entre las partes: a la hora de hacer negocios, nadie quiere sentir que está trabajando con una persona sin energía.

En la sociedad anglosajona, el fundador del movimiento juvenil “Boys Scouts” inventó un saludo particular que tomó ese nombre: saludo SCOUT. Representa las tres partes de la promesa que se hace al ingresar en la organización. A la vez que se saluda con la palma de la mano derecha hacia adelante, se pone el dedo pulgar sobre el meñique, los demás dedos han de quedar hacia arriba y se extiende la mano izquierda.

Otra forma incorrecta de estrechar la mano a nuestro interlocutor es aquella en la que no damos la mano sino cuatro dedos, de forma que no queda palma con palma. Lo llaman el SALUDO DE LA REINA, y normalmente el que da los cuatro dedos intenta quedar por encima de una forma un tanto torpe.
(SIGUE)

El caso es claro, Luis.
Siempre saludará primero el mejor educado.
Un saludo.