LOS DOMINGOS POR LA TARDE, PESE AL FÚTBOL, NO OS ABANDONO.
EN BUSCA DE LA FUENTE CLAVELLINA (Por Luismarín).
Como afortunadamente está ocurriendo en los últimos fines de semana en que viajo a Jimena, el tren salió puntualmente de Chamartín y también cumplió con exactitud el horario de llegada a la estación de Jódar. Unas cabezadas, un estimulador café tomado en los asientos de la cafetería, cuyos amplios ventanales te permiten ver como desfila el paisaje y un rato de lectura hacen que las cuatros horas pasen sin darte cuenta.
Todavía tienes tiempo para pensar que un viaje siempre sirve para volver a mirar el mundo desde un punto de vista diferente. Un viaje se presta a múltiples comparaciones no solo de los paisajes, sino también de las actitudes, formas de vida y maneras de pensar de las gentes que te esperan al final del mismo. Es falso que la contemplación de los paisajes que durante toda tu vida los has visto invariables y siempre perennes te convierten en un espectador del pasado. No, te convierten en un observador de la vida actual.
En esta ocasión, en que parecía que el fin de semana iba a rebosar de sosiego y tranquilidad, llevaba una misión que cumplir: La búsqueda del emplazamiento de la Fuente Clavellina en el Paraje del Cuarto. Como recordé hace unos días, cuando estaba averiguando donde estaban los Altos y las Huertas de la Pontecilla, la lectura de la Historia de Jimena del Padre Lope me ayudó a encontrarlos y de camino rescaté de la memoria esa Fuente Clavellina de la que hacía muchos años había oído hablar.
Sin embargo, apenas deshecha la bolsa de viaje, dos llamadas telefónicas me llenaron la agenda. Esa misma noche había Cante Flamenco en la Peña y además, al mediodía siguiente, se le iba a hacer un pequeño homenaje a “La Picki” en la Casa del Pueblo.
La Velada Flamenca estaba organizada por la Diputación de Jaén dentro del Circuito “El Flamenco por las Peñas”. La actuación se limitaba a un solo “cantaor” acompañado del guitarrista pertinente. En esta ocasión los artistas invitados eran Enrique Soto al "cante" y Fernando El Cali al "toque". Soto ya es un hombre mayor al que se le nota bastante “baquetado” por la vida. Se limitó a cantes fáciles e incluso entre copla y copla imitaba a Chiquito de la Calzada con el que tiene bastante parecido físico. Sin embargo, una vez finalizada la actuación oficial se portó bastante bien. Se sentó en la mesas de los asistentes y allí, con “El Cali” a la guitarra, sin prisas, nos obsequió con un repertorio mucho más amplio. Entre "finos y manzanillas" acompañados del jamón y queso imprescindible y de unos buenos amigos, transcurrieron las horas. Como se suele decir en estos casos: “La velada finalizó a altas horas de la madrugada”.
El homenaje a “La Picki” estuvo lleno de humanidad y ternura. En el salón de actos de la Casa del Pueblo se le entregó una placa a su marido Melchor y a sus hijos Paco y Magdalena. Acudió una amplia representación de cargos provinciales del PSOE y la UGT. Ella era militante de ambas organizaciones e incluso dentro de las listas del partido llegó a obtener el Acta de Concejal en algunas Elecciones Municipales. Todas las intervenciones le dedicaron emocionadas palabras llenas de cariño. De ese cariño que a todos nos despertaba nuestra querida y desaparecida Picki.
Pero como suele ocurrir en todas estas ocasiones, rápidamente se puso en práctica el oportuno dicho: “El muerto al hoyo y el vivo al bollo”. Coincidiendo con la celebración socialista del “Día de la Rosa”, la Agrupación de Jimena invitó a un pequeño “ágape” a todos los vecinos del pueblo que quisieron asistir. Los participantes en el homenaje y en el bien surtido “pisquislabis” superaron ampliamente la centena. Fueron unos buenos momentos para recordarle al querido y siempre atento “Mélchor” aquello que cantaba Gabinete Caligari: ¡Bares, qué lugares, tan gratos para conversar. ¡No hay como el calor del amor en un bar!, ¡Jefe, no se queje!, ¡Y sirva otra copita más!.
Tampoco me olvidé del fútbol sabatino y es que como decían los romanos “Trahit sus quemque voluptas: Cada cual tiene una afición que lo arrastra”. En esta ocasión la cartelera era doble: primero el Madrid y después el Barça. El sitio elegido fue el bar J&R y la inestimable compañía de Luisa, mi prima Rafa Maroto y sus respectivos esposos: Francisco “El ExPalomero” y Miguel “El Japo” (sin ánimos de ofender a nadie). Muchos nervios e intercambios con el ExPalomero de algunas patadas en las espinillas por debajo de la mesa (conste que por la emoción del fútbol y no por otras razones que algunos malpensados lectores se estarán imaginando). Sin embargo, estuvimos de acuerdo en dos conclusiones. Primera: Que a veces cuando ganas parece que empatas. Segunda: Que una copa es poco, dos está bien y la tercera ya vuelve a ser a poco. Al terminar, ocurrió algo divertido, como él había bebido solo vino tinto, al final, lo veía todo “rojo”: desde la bandera Nacional del balcón del Ayuntamiento hasta a mí incluido.
(SIGUE)
EN BUSCA DE LA FUENTE CLAVELLINA (Por Luismarín).
Como afortunadamente está ocurriendo en los últimos fines de semana en que viajo a Jimena, el tren salió puntualmente de Chamartín y también cumplió con exactitud el horario de llegada a la estación de Jódar. Unas cabezadas, un estimulador café tomado en los asientos de la cafetería, cuyos amplios ventanales te permiten ver como desfila el paisaje y un rato de lectura hacen que las cuatros horas pasen sin darte cuenta.
Todavía tienes tiempo para pensar que un viaje siempre sirve para volver a mirar el mundo desde un punto de vista diferente. Un viaje se presta a múltiples comparaciones no solo de los paisajes, sino también de las actitudes, formas de vida y maneras de pensar de las gentes que te esperan al final del mismo. Es falso que la contemplación de los paisajes que durante toda tu vida los has visto invariables y siempre perennes te convierten en un espectador del pasado. No, te convierten en un observador de la vida actual.
En esta ocasión, en que parecía que el fin de semana iba a rebosar de sosiego y tranquilidad, llevaba una misión que cumplir: La búsqueda del emplazamiento de la Fuente Clavellina en el Paraje del Cuarto. Como recordé hace unos días, cuando estaba averiguando donde estaban los Altos y las Huertas de la Pontecilla, la lectura de la Historia de Jimena del Padre Lope me ayudó a encontrarlos y de camino rescaté de la memoria esa Fuente Clavellina de la que hacía muchos años había oído hablar.
Sin embargo, apenas deshecha la bolsa de viaje, dos llamadas telefónicas me llenaron la agenda. Esa misma noche había Cante Flamenco en la Peña y además, al mediodía siguiente, se le iba a hacer un pequeño homenaje a “La Picki” en la Casa del Pueblo.
La Velada Flamenca estaba organizada por la Diputación de Jaén dentro del Circuito “El Flamenco por las Peñas”. La actuación se limitaba a un solo “cantaor” acompañado del guitarrista pertinente. En esta ocasión los artistas invitados eran Enrique Soto al "cante" y Fernando El Cali al "toque". Soto ya es un hombre mayor al que se le nota bastante “baquetado” por la vida. Se limitó a cantes fáciles e incluso entre copla y copla imitaba a Chiquito de la Calzada con el que tiene bastante parecido físico. Sin embargo, una vez finalizada la actuación oficial se portó bastante bien. Se sentó en la mesas de los asistentes y allí, con “El Cali” a la guitarra, sin prisas, nos obsequió con un repertorio mucho más amplio. Entre "finos y manzanillas" acompañados del jamón y queso imprescindible y de unos buenos amigos, transcurrieron las horas. Como se suele decir en estos casos: “La velada finalizó a altas horas de la madrugada”.
El homenaje a “La Picki” estuvo lleno de humanidad y ternura. En el salón de actos de la Casa del Pueblo se le entregó una placa a su marido Melchor y a sus hijos Paco y Magdalena. Acudió una amplia representación de cargos provinciales del PSOE y la UGT. Ella era militante de ambas organizaciones e incluso dentro de las listas del partido llegó a obtener el Acta de Concejal en algunas Elecciones Municipales. Todas las intervenciones le dedicaron emocionadas palabras llenas de cariño. De ese cariño que a todos nos despertaba nuestra querida y desaparecida Picki.
Pero como suele ocurrir en todas estas ocasiones, rápidamente se puso en práctica el oportuno dicho: “El muerto al hoyo y el vivo al bollo”. Coincidiendo con la celebración socialista del “Día de la Rosa”, la Agrupación de Jimena invitó a un pequeño “ágape” a todos los vecinos del pueblo que quisieron asistir. Los participantes en el homenaje y en el bien surtido “pisquislabis” superaron ampliamente la centena. Fueron unos buenos momentos para recordarle al querido y siempre atento “Mélchor” aquello que cantaba Gabinete Caligari: ¡Bares, qué lugares, tan gratos para conversar. ¡No hay como el calor del amor en un bar!, ¡Jefe, no se queje!, ¡Y sirva otra copita más!.
Tampoco me olvidé del fútbol sabatino y es que como decían los romanos “Trahit sus quemque voluptas: Cada cual tiene una afición que lo arrastra”. En esta ocasión la cartelera era doble: primero el Madrid y después el Barça. El sitio elegido fue el bar J&R y la inestimable compañía de Luisa, mi prima Rafa Maroto y sus respectivos esposos: Francisco “El ExPalomero” y Miguel “El Japo” (sin ánimos de ofender a nadie). Muchos nervios e intercambios con el ExPalomero de algunas patadas en las espinillas por debajo de la mesa (conste que por la emoción del fútbol y no por otras razones que algunos malpensados lectores se estarán imaginando). Sin embargo, estuvimos de acuerdo en dos conclusiones. Primera: Que a veces cuando ganas parece que empatas. Segunda: Que una copa es poco, dos está bien y la tercera ya vuelve a ser a poco. Al terminar, ocurrió algo divertido, como él había bebido solo vino tinto, al final, lo veía todo “rojo”: desde la bandera Nacional del balcón del Ayuntamiento hasta a mí incluido.
(SIGUE)