Realmente muy guapas, me alegro de veros con esas caras de felicidad.
Un Abrazo.
Un Abrazo.
Gracias amigo. La verdad es que en tiempos difíciles, es cuando hay que sacar la voluntad, fortaleza y saber disfrutar de los momentos que nos brindan felicidad. Para mí, tener salud y la cercanía de la familia, es lo máximo, y gracias a Dios, tengo a mi madre estos días conmigo. Un abrazo, Ana
... Y después de ese paseo, el apetito se despertó y tratamos de aplacarlo con alguito...
El plato que hay debajo de las manos parece que tiene "lonchas de jamón y aceitunitas machacás".
¡AYYYY... cómo me gustaría que fuese eso que mencionas! Son unas pizas y en verdad sí tienen unas lonjas de jamón, pero no del que a mí me encantaría: ¡SERRANO!; y lo que quizás te parezca que son aceitunas machacás, son pedacitos de champiñones (enlatados), que como ves, son de color bastante oscuro. El jamón serrano, si bien nunca fué considerado, en Venezuela, un producto "económico", (tampoco nunca ha sido parte de la dieta común del venezolano), cierto es que, años atrás, el sueldo nos permitía darnos un "gustico" frecuentemente (a los que nos es "familiar en el paladar"). Por el contrario, desde que se fué deteriorando la capacidad adquisitiva en el país, tuvimos que irle diciendo: "adios" al serrano. Actualmente, si acaso lo veo (cuestión que sucede en escasas ocasiones), tengo una estrategia: ¡sólo verlo me cae muy mal!. Y no es para menos, pues cuando se mira el precio da dolor de barriga: Bs. F. 700. OOO, oo (de los más económicos), ese costo equivale a una cuarta parte de mi sueldo al mes. Espero llegar a España para poder verlo y degustarlo sin que me cause dolor de estómago...