El trinar de los pájaros, el corretear de las liebres, el susurro del viento, el run, run, run de las sopladoras, el vibrar de los vareadores, el tableteo de los remolques en los caminos, es apasionante esta vida, sin polución, sin contaminación, sin ruidos estruendosos (al menos yo, con mi sordera, no oigo ninguno) creo que nos ha tocado vivir en el Paraiso y no sabemos apreciarlo correctamente. (Para los malpensados he de aclararle que no he fumnado marihuana ni he tomado ningún estupefaciente).