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JIMENA: ¿Y yo por qué? Si ni me quito ni me pongo el sombrero,...

Amigo Luis al observar esta foto que tú titulas “El tito Luis y su pipa favorita” me ha llamado la atención esa apariencia distinguida que rebosas en la foto y ese estilo formal del traje con corbata nudo Windsor y chaleco, tan alejado de la imagen que tengo de ti, mas cercana al “business casual”.
Pero hay otras circunstancias que extrañan en esta foto: el sombrero y la pipa favorita, por lo que me he visto obligado consultar las normas sobre protocolo, etiqueta, buenas maneras y temáticas afines para navegar firme sobre estos contenidos.
Hasta hace poco salir a la calle sin sombrero estaba considerado, tanto en señoras como en caballeros, una falta importante de etiqueta; el sombrero marcaba la clase social y cultural. Uno de los primeros presidentes en prescindir del sombrero fue Kennedy. A partir de los años sesenta empieza el declive del sombrero, tanto para señoras como para caballeros, pero el desuso más marcado fue entre los caballeros.
Se conservan, no obstante, todo un caudal de normas protocolarias en lo referente al uso del sombrero: pero sobretodo hay ocasiones en que hay que descubrirse:
“1º. Al encontrarse en un lugar en que hay personas de consideración.
2º. Al saludar a alguien.
3º. Al dar o al recibir alguna cosa.
4º. Al sentarse a la mesa.
5º. Al oír pronunciar los santos nombres de Jesús y de María, excepto estando en la mesa, pues entonces sólo hay que inclinar la cabeza.
6º. Cuando se está ante personas a las que se debe mucho respeto, como eclesiásticos, magistrados u otras personas notables”.
Es comprensible que no estés de acuerdo con alguna de estas normas, pero respecto de la 4ª, qué tienes que alegar (seguro que tienes alguna salida prevista, me lo imagino, pero quiero oírla).
Respecto de la pipa favorita, la cosa es mucho mas simple, imagino que la tendrías apagada porque, como sabes, la Ley 42/2010 de 30 de diciembre que modifica la 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, suministro, consumo y publicidad de los productos del tabaco, prohíbe fumar en los lugares públicos cerrados. Pero esa ostentación de pipa en un lugar prohibido ¿a qué se debe?

Querido amigo Peri:

En primer lugar, a ver si cambiamos de lugares de encuentro, últimamente solo hemos coincidido en la Avenida de la Higuera Morisca paseo abajo paseo arriba y eso no es plan. Sobre tus reconvenciones, te diré que son totalmente correctas, como no podía ser menos viniendo de un Licenciado en Derecho. Sin embargo, sobre el uso adecuado del sombrero, omites algunas excepciones, aunque ya, de antemano no se corresponden con el caso del lugar de la foto, por eso ahora te explicaré lo de la pipa con el sombrero puesto en un restaurante cerrado. No obstante, te diré que por lo que conozco, al menos en Madrid, pronto han encontrado el método para hacer efectivo el viejo axioma de “Hecha la ley, hecha la trampa. Algunos buenos restaurantes han montado una réplica del salón comedor interior en la acera de la calle. Está completamente cubierta con madera y plástico, calefacción y aire acondicionado incluidos, ahí te dejan fumar y el Ayuntamiento no les pone ninguna pega.

Este podía haber sido mi caso, pero la pipa la muestro por otra razón: el dueño del restaurante, que frecuento a menudo, me aprecia porque le he regalado varias veces unas cuantas botellas de cosecha temprana “Oro de Cánava” para ver si lo metía en su carta de aceites. Además, tiene un restaurante en Pekín y le he insinuado más de una vez que por qué no prueba a llevarse una partida grande de aceite de Jimena y que se lo de a probar a los nuevos ricos chinos. Pero el problema es que él tiene olivos por la zona de Villanueva de la Serena y recoge cosecha propia, no obstante me ha prometido intentarlo.

La explicación de que lleve puesto el sombrero y exhiba la pipa (sin encender, por supuesto) es que me pidió que posara así para una foto que va a añadir a su galería de fotografías de clientes, algo muy común en tantísimos restaurantes. Como está cerca de los Ministerios de Economía, Industria y de Hacienda, así como del Santiago Bernabéu, lo frecuentan bastantes altos cargos de los de “Antes” y de los de “Ahora” e incluso algún que otro futbolista y gentes del mundo de la farándula. Por supuesto le he pedido que no me ponga al lado de ninguno de mis nuevos Jefes o de alguno de los del Atlético de Gil.

Sobre las excepciones del uso del sombrero en lugares públicos, te transcribo las indicaciones de un “Manual de Protocolo y Etiqueta”: Apartado Etiqueta para los Caballeros, Sección uso del sombrero.

“Si hablamos de espacios cerrados, aunque debería descubrirse siempre al entrar en este tipo de espacios, sobre todo en templos religiosos, restaurantes y hogares de desconocidos, hay excepciones:

A. En lugares públicos como ministerios, ayuntamientos, oficinas de correros, etc., así como andenes de tren o metro salvo que se encuentre a una señora conocida y la tenga que saludar.

B. En el “hall” o recepción de empresas u organismos.

C. En el mostrador de bares y cafeterías, cuando no está comiendo.

D. En los vestíbulos de hoteles, aeropuertos, etc.

E. En los ascensores, salvo cuando hay señoras en su interior.

F. Cuando se llevan las manos ocupadas con paquetes, bolsas, etc que hacen imposible quitarse el sombrero.

G. Cuando la cabeza se lleva cubierta por razones de una enfermedad u otros motivos parecidos.

Me gustaría aclarar que por el primer apartado no me quité el sombrero cuando di la conferencia sobre “El Futuro de las Pensiones” en un local del Ayuntamiento.

Estas instrucciones las llevo siempre en mi cartera y con ellas le pude tapar la boca a la Jefa de Prensa de la Señora Báñez (Ministra de Empleo), cuando en un Salón de Actos del Consejo Económico y Social, con capacidad para más de 500 personas, a instancias de su Jefa, me pidió que me quitara el sombrero o que no le hiciera más preguntas (impertinentes según ella) a la Señora Báñez.

Mi “inoportuna” pregunta consistió, en que cuando la Ministra estaba hablando de la buena imagen dada con la Marca España, le demandé que si su teoría de que el paro registrado había bajado (en el verano) gracias a la intercesión de la Virgen del Rocío (así lo hizo en una visita a la localidad onubense de Almonte) no entraba dentro de la peor imagen de la España Negra fiel aliada del Altar y del Trono. Por supuesto que la Ministra soslayó me pregunta y me envió a su “fiel” portavoz con la petición sobre el sombrero.

Creo que me he explicado bien y que ahora, nuestro amigo “El Palomero” será el que está diciendo ¡Tierra trágame!.

Saludos y un fuerte abrazo,

¿Y yo por qué? Si ni me quito ni me pongo el sombrero, para evitar saber donde me tengo que poner o quitar el dichoso sombrero he optado por no aprenderme dicho manual, aunque a los mejor como en la aceituna llevo gorra ¿quien sabe si la gorra tambien es una prenda de etiqueta? y al final le voy a tener que dar un repaso.