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JIMENA: ¡Ay Vela, Vela! en cualquier partido hubiera metido...

LOS DOMINGOS POR LA TARDE, PESE AL FÚTBOL, NO OS ABANDONO. (Por Luismarín)

Queridos amigos del Foro:

A estas horas de la noche estoy sentado en la mesa camilla que tengo pegada a la ventana con vistas al valle del Guadalquivir. Entre los barrotes de la centenaria baranda “parpaguean” las luces de Garciez, Úbeda y Baeza. Ahora mismo el cielo está despejado y lo más probable es que mañana sea día de aceituna. Hoy no han salido los tajos y ayer, en cambio, sí. Solo faltan cuatro o cinco días para que todo el mundo termine la campaña, pero con este tiempo, tan propio de “Febrerillo Loco”, no se sabe cuándo será posible la celebración de los “butifueras”, que como todos vosotros sabéis, ponen el final feliz y festivo del duro trabajo que este año comenzó en la segunda quincena de noviembre. Anoche, varios socios de la Cooperativa, me confirmaron que faltan muy pocos kilos para que esta cosecha sobrepase los 17 millones a molturar (sin contar los de la fábrica “La Purísima” de los hermanos Torres). Imaginaros la importante “inyección” económica que supondría para el pueblo, si el precio del aceite alcanzara unos niveles mínimos de rentabilidad. ¡Ojalá sea así!.

Como estáis viendo, esta noche no tengo preparado ningún “relato”, pero aunque sea con unas breves líneas, siempre se puede contar algo que sirva para matar el “gusanillo” de los que esperan con interés alguna noticia referente a nuestra querida Jimena. Tengo un texto a medio cerrar pero como me sucede cada vez que vengo a pasar el fin de semana al pueblo, queriendo o sin querer, la agenda se llena y es imposible sacar tiempo para ponerse a escribir.

Nada más llegar el viernes por la noche, me enteré que el jueves al mediodía habían enterrado a Martín el de “Juan Ramoncillo el Sordo. No es que quiera hacerle la competencia a Mariano como mensajero de “La Parca”, pero desgraciadamente la “moda” de morirse, permanece inalterable a lo largo de la Historia de la Humanidad y así seguirá, “per secula seculorum”, a no ser que el Gran Modisto del Universo decida cambiarla por otra menos traumática. Pero me temo que va ser que no.

Aunque sea impropio de mi ya provecta edad, a todos nos gusta sentirnos jóvenes de vez en cuando. El viernes por la noche se me ocurrió comprobar si todavía existía “movida” nocturna en el pueblo y me dieron casi las cinco de la mañana mientras trataba de averiguarlo. Puedo atestiguar que sigue abierto “El Tocata” en el comienzo del Parque con “El Maruso” detrás de la barra y que en “El Desmadre” una bella “Sardinilla”, transmutada en “Sirena”, te puede servir las copas necesarias, para que como Ulises en su viaje a Itaca, te ayude a resistir (sin tener que amarrarte al mástil del barco), el peligroso canto enloquecedor. Como él, gracias a las recomendaciones de la Diosa Circe, pude llegar a ver el sol del día siguiente aunque fuera el de Jimena y no el de Trinaclia la Isla de Helios.

Para remate, también visité la nueva cabaña de madera que Fernando ha instalado en Los Pozos. Aunque no tiene sauna como las célebres construcciones de Suecia, los efluvios de vapor procedentes de las ramas de eucalipto, son sustituidos por las “emanaciones etílicas” de unos excelentes gin-tonic preparados con esmero y al son de una buena música.

Hasta aquí lo bueno, lo malo, la resaca de la mañana siguiente y el abotargamiento solo paliado con una sopita bien caliente y una buena y reparadora siesta.

La tarde noche del sábado arrancó con aires deportivos ante la esperanza de que “pincharan” el Atlético Madrid o el Barça. Algunos se quedaron con las ganas y a la espera (como así ha sido) de que el Madrid no se perdiera entre las Margaritas de Getafe.

No me resisto a dejar de contar mis vicisitudes sufridas en el J&R durante la retransmisión de los culés versus vallecanos. Otra vez tuve que ejercer de árbitro, no de boxeo, pero casi. A ambos lados, dos duros púgiles de diferente pesada pero de igual tamaño de obcecación: a mi izquierda (por una vez y sin que sirva de precedente) “El Palomero” y a mi derecha Seba “Alaiche”. Blanco contra Negro, Capuletos contra Montescos, Azules contra Rojos o Guelfos contra Gibelinos, nunca he visto un enconamiento deportivo más notorio. Al final, el de mi derecha, optó por ponerse un tapón en su oído izquierdo para no oír al de mi izquierda, el otro se arrancó el “sonotone” para que determinados improperios no propasaran sus conductos auditivos. Menos mal que el partido no tuvo color y la sangre no llegó al rio:

“Y, luego, in continente,
se calaron los chapeos, requirieron la espada,
se miraron de soslayo, se fueron y no hubo nada”.
(Miguel de Cervantes)

Al final, como siempre, nos dieron la cuenta con la persiana bajada, todos tan amigos y hasta el día siguiente.

Del día siguiente, poco puedo contar. Por fin un buen paseo por el Camino del Moro, el menú del día en el bar “Los Mazos”, el partido del Real y la melancolía propia de un domingo por la tarde.

Eso sí, entre ayer y hoy, he rescatado algún material oral para poder contaros el domingo que viene una anécdota de Pepe Marchena, en una de sus numerosas visitas al Teatro del Molino del Pan.

Saludos y hasta otra,

Amigo Luis, más vale tarde que nunca, nada más llegar y mientras la Real está dando buena cuenta de los azulgranas lo he leído, espero que la sangre nunca llegue al rio y que esta noche no estén juntos puede ser de traca..
Saludos.
Mariano.
P. D. A ver si hay suerte y suena la flauta futbolísticamente claro.

¡Ay Vela, Vela! en cualquier partido hubiera metido un "hattrich", hubiera sido la repera.