Eramos treinta y tres, como la edad de Cristo.
Efectivamente Luís, esa es la Casa de Córdoba en Jaén, un buen restaurante en el barrio de Belén, donde Bartolomé tiene reserva de barra a diario.
No me hagais mucho caso, porque como estoy bastante sordo, a veces tergiverso las cosas y los dichos, pero creí entender que los camareros le llamaban "tito".