JIMENA: (II PARTE)...

MIS PASEOS POR MADRID. (Por Luismarín)

BARRIO DE MARAVILLAS O MALASAÑA: “LA MOVIDA” EN EL RECUERDO.

El jueves pasado fue día festivo para los madrileños. Se celebraba San Isidro, patrón de la localidad. Aunque por aquí, al contrario que en pueblos y ciudades pequeñas, de las fiestas locales ni te enteras. No te despertará una “Diana Floreada”, el estruendo de los cohetes o los sones de la Banda de Música acompañando la Procesión del Santo o Virgen respectivos. Si quieres fiesta has de ir a la Pradera del Manzanares y su entorno, Ermita del Santo incluida. Las “cunicas” y el ferial con todo su estruendo y los humos de las planchas de las casetas y de los puestos de churros están ubicados en las Riberas del Manzanares. Por el centro de la ciudad cada vez se ven menos Pichis y Chulaponas, eso sí, las Guarderías Infantiles animan a sus niños a disfrazarse con los típicos trajes “isidriles”. Todo muy “made in” Corte Inglés. También puedes intuir que Madrid está de fiesta si vas a comprar el pan. En casi todas las panaderías están a la venta las “Rosquillas del Santo”: las “Tontas y las Listas” (las segundas están rebozadas en azúcar y las primeras no).

Esa mañana vacacional, mis pasos de “curioso impenitente” los dirigí hacia uno de los barrios más céntricos y conocidos del Foro Capitalino: el de las Maravillas como se llamó en otros tiempos o Malasaña como popularmente se le denomina ahora, aunque en la “jerga” oficial figure como barrio de la Universidad del Distrito Centro.

Su perímetro natural está delimitado por las calles Gran Vía, San Bernardo, Carranza y Fuencarral. Este barrio entra en la historia con el nombre de Maravillas. La costumbre en el Madrid antiguo era denominar a cada "Parroquia" según el nombre de la Iglesia más representativa en la zona. Tanto la Iglesia de las Maravillas (esquina a la plaza del Dos de Mayo en la calle de ese mismo nombre) como el desaparecido Convento también llamado así, ceden su patronímico al barrio. Las maravillas son unas pequeñas flores que brotaban en gran número en este terreno. Entre un matojo de maravillas apareció una imagen de una Virgen y a este hecho se le atribuyó un carácter milagroso, dando estas flores el nombre a la Virgen de las Maravillas. Además, la abundancia de fincas con hermosos huertos y de Palacios Nobiliarios con jardines, hacían que esta zona del norte de Madrid tuviese muy a gala el nombre de Maravillas. De Maravillas eran los majos que organizaron la sublevación de los madrileños contra las tropas de Napoleón el 2 de mayo de 1808. Administrativamente, desde 1770 se denominaba “Maravillas” a uno de los ocho "Cuarteles" en que se dividía Madrid. Este nombre perdurará hasta 1845, en que el barrio pasa a llamarse "Universidad".

Sin embargo, el sobrenombre de “Barrio de Malasaña” le llegará a raíz del trazado de una nueva calle dedicada a la joven costurera Manuela Malasaña, asesinada por las tropas napoleónicas durante las jornadas de represión posterior al Levantamiento del 2 de mayo, bajo la acusación de "portar armas" en referencia a las tijeras propias de su profesión que llevaba consigo cuando fue arrestada. En el centro del barrio se sitúa la Plaza del Dos de Mayo, ubicada en el antiguo emplazamiento del Parque de Artillería de Monteleón, lugar donde se produjo la resistencia de los únicos militares madrileños que se levantaron en armas dirigidos por los Capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde y el Teniente Jacinto Ruíz. En la actualidad, se conserva el Arco del antiguo cuartel, además de un monumento en honor de estos oficiales.

El “Barrio de Malasaña” es conocido por su ambiente alternativo y su vida nocturna, que hace que se compare a este barrio con el Camden Town de Londres, el East Village de Nueva York o el Barrio Alto de Lisboa. Como ya ampliaré más adelante, Malasaña fue el centro de la llamada “Movida” de los años 70 y años 80. En la actualidad, por la noche, las calles de Malasaña y la Plaza del 2 de Mayo, se llenan de gente haciendo botellón o visitando los numerosos bares y pub existentes en la zona.

Como es lógico, dada la amplia resonancia de este barrio, bastantes escritores o novelistas, lo han utilizado a la hora de ambientar sus narraciones. De toda la amplia lista, como favoritos personales, solo me voy a referir a tres: Benito Pérez Galdós, Rosa Chacel y Juan Madrid.

Don Benito (1843-1920), que estudió en la cercana Universidad Central de la calle de San Bernardo, no sólo vivió en algunas épocas en la zona, sino que sus calles y casas aparecen a menudo en la vida cotidiana de sus personajes. De sus novelas relacionadas con el barrio, por entonces de Maravillas, podemos citar a “Miau”, novela del genero realista donde satiriza el ambiente burocrático de la Corte Madrileña a finales del Siglo XIX;“El Doctor Centeno” que se centra en el ambiente madrileño previo a la Revolución de 1868 que acabaría derrocando a Isabel II y “El 19 de marzo y el 2 de mayo”, uno de sus Episodios Nacionales más conocidos que se desarrolla en las heroicas jornadas del levantamiento de los madrileños contra los ejércitos invasores de Napoleón en los primeros días de mayo de 1808. Además, en las calles del barrio de las Maravillas, Galdós vivió algunas fases de uno de sus amoríos más secretos: los que mantuvo con la escritora gallega Doña Emilia Pardo Bazán. Como ya eran algo mayores cuando vivieron su idilio amoroso, llamaban a este Barrio su “asilito”.

Rosa Chacel (1898-1994) fue una vallisoletana muy madrileña que se vino a los nueve años con su abuela a vivir en el barrio. Aquí, estudió en casa con su madre (que era maestra) y vivió sus aventuras infantiles en los aledaños de la calle San Andrés. Posteriormente, estudió dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de la cercana calle de la Palma. Aunque en toda su vida fue una trotamundos marcada por el exilio que tuvo que emprender por sus colaboraciones en la prensa republicana durante la Guerra Civil, sus primeros años de vida la marcarían para siempre y los dejó plasmados en su obra “Barrio de Maravillas”, una recreación de su infancia que, curiosamente, vio la luz en 1976, cuando el barrio empezaba a vivir una profunda transformación

Juan Madrid (Málaga 1947), ha publicado más de cuarenta libros entre novelas, recopilaciones de cuentos y novelas juveniles y es considerado uno de los máximos exponentes de la novela negra o urbana europea. Si Pepe Carvalho, el personaje de Manuel Vázquez Montalbán, es el detective por excelencia de Barcelona, Toni Romano, lo es de Madrid y, además, Juan Madrid, centra la mayor parte de sus aventuras en este Barrio de Malasaña donde Toni Romano apareció por primera vez en su conocida trilogía sobre las aventuras de este ex policía: “Un beso de amigo”, “Las apariencias no engañan” y “Regalo de la casa”. Tiene otras obras centradas en el barrio, destacando entre ellas “Crónicas del Madrid Oscuro” y “Días Contados”. En esta última, aparece mezclado el mundo de la droga y la prostitución con un comando de ETA que pretende volar la Comisaría de Policía del Barrio. La novela fue llevada al cine, en 1994, por Imanol Uribe y tiene como protagonistas a Carmelo Gómez, Ruth Gabriel, Javier Bardem y Carmela Peña. Igualmente, Juan Madrid, es el guionista de la exitosa serie de Televisión “Brigada Central” con Imanol Arias en el papel del Comisario “El Gitano”.

(CONTINUA EN PARTE II)

(II PARTE)

Una vez esbozados estos apuntes históricos y literarios del Barrio, voy a comentar mi paseo matinal. Aunque conozco enteramente el Barrio al completo, pues no en vano durante los años de las dos legislaturas anteriores del PP, entre 1996 y 2004, sus calles formaban parte del itinerario (cada día elegía uno distinto a la ida y otro a la vuelta) habitual que realizaba desde mi casa hasta el Ministerio de Economía y Hacienda, ubicado en la antigua Casa de la Aduana en el comienzo de la calle Alcalá, voy a restringirlo a un imaginario cuadrado formado por las calles de San Bernardo, La Palma, Fuencarral y Carranza, cuyos vértices estarían en la Glorieta de San Bernardo, el Instituto Lope de Vega, el Tribunal de Cuentas y la Glorieta de Bilbao.

Mi, ya conocida, Plaza Conde del Valle de Suchil, prácticamente termina en la misma Glorieta de San Bernardo en donde voy a comenzar mi paseo cuya meta es tomarme un café (o lo que venga bien) en la Plaza del 2 de Mayo o Plaza de Malasaña. La calle de ese mismo nombre se llamó en un principio calle de los Convalecientes de San Bernardo por el hospital que fundó fray Bernardino de Obregón y que después pasó a ser Convento de San Bernardo. Años más tarde paso a conocerse como “Ancha de San Bernardo” hasta que en que en 1865 se quedó simplemente en San Bernardo. A mi izquierda he dejado la calle Carranza que termina en la Glorieta de Bilbao. Se le dio ese nombre en recuerdo de fray Bartolomé de Carranza víctima de la Inquisición aunque su inocencia fue reconocida posteriormente.

Situado en la acera de los pares en dirección a la Gran Vía, la primera esquina con la que me encuentro, es la formada por esta calle de San Bernardo y la de Manuela Malasaña de la que ya he explicado más arriba el origen de su nombre. La calle de esta heroína termina en la calle Fuencarral y unos metros antes de llegar a la intersección, se encuentra el Teatro Maravillas. Justo enfrente de este, se halla uno de los locales que suelo visitar cuando se juegan partidos de rugby del Trofeo Internacional “Seis Naciones”: es el Pub Irlandés “Molly Malone’s”, su ambiente, al igual que sus pintas de cerveza negra, es indescriptible. Como ya he mencionado la calle Fuencarral, cabe recordar que, la denominación de esta calle se debe a que hace muchos años era uno de los caminos que conducían al pueblo de Fuencarral hasta que se convirtió en calle en tiempos de Felipe III. Antes de llegar a la intersección de esta travesía con Divino Pastor, recomiendo visitar la “Sidrería La Camocha”, llamada así por la famosa mina asturiana donde se formó el primer embrión de los que luego sería el Sindicato de Comisiones Obreras.

El segundo cruce de calles con el que me encuentro lo componen San Bernardo y Divino Pastor. El nombre de la segunda se debe a que en ella, en la finca conocida como el Buen Pastor, del Ministro de Felipe III, Don Luis Carrillo, existía una pintura que representaba al Niño Jesús con una oveja sobre sus hombros. Entre todos los establecimientos de hostelería que existen en la misma voy a citar dos: el famoso “Café Isadora” (por la conocida artista y bailarina nacida en California) y el Bar “El Pico” en alusión a lo que todos imaginamos. Al final de la calle se encuentra la Iglesia de las Religiosas de María Inmaculada. Esta Iglesia, se edificó encima de una capilla aneja al Palacio del Conde de Vistahermosa. En este Palacio vivió un tiempo el Duque de Montpensier cuando estaba a la espera (infructuosa) de que lo nombraran heredero de la Reina Isabel II. En la misma puerta de la Iglesia, al pequeño triángulo formado por Fuencarral, Divino Pastor y la Corredera Alta de San Pablo, hace unos meses, el Ayuntamiento lo ha bautizado como Plazuela de Antonio Vega, en honor del conocido músico y miembro activo de la famosa Movida Madrileña, que murió muy joven a consecuencia de una penosa enfermedad.

Perpendiculares a Divino Pastor también están las calles Ruiz y a continuación San Andrés, las dos terminan en la citada Plaza. El nombre de la primera está dedicado a la memoria del Teniente de Artillería Jacinto Ruíz, otro de los héroes del 2 de Mayo. La segunda, parece que debe su nombre a que en esta calle edificó su casa un capitán del Ejército del primer Borbón Felipe V. Según las crónicas, este capitán le ganó una bandera, en la batalla de Almansa, a las tropas del Archiduque Carlos de Austria y esta bandera lucía las conocidas aspas de San Andrés. Desde entonces, la callé pasó a denominarse San Andrés.
Antes de llegar a la calle del Capitán Daoíz, en la manzana entre Divino Pastor y esta calle de Daoíz, se encuentra el Convento de las Salesas Nuevas, llamado así para diferenciarlo del de las Salesas Reales fundado por la Reina y esposa de Fernando VI, Bárbara de Braganza, emplazado en la calle dedicada a esta. El convento ofrece una elegante fachada de estilo Neoclásico. Este Monasterio fue fundado en 1798 por la Marquesa de Villena. La parte trasera de su ajardinado y arbolado patio da a la calle Monteleón que une Carranza con Daoíz. Monteleón era el nombre del Parque de Artillería donde se inició la revuelta popular contra los franceses en el ya citado episodio. En esta calle de Monteleón, en los bajos del nº 10, estuvo muchos años la conocida Peña Flamenca de “La Carcelera” y todavía sigue existiendo el Taller de Guitarras “Ángel Benito”. La calle Daoíz es bastante corta y desemboca en la Plaza del Dos de Mayo. Anteriormente se llamó de Daoíz y Velarde (otro de los capitanes mártires del 2 de Mayo), pero desde que se abrió la Plaza, se quedó solamente en Daoíz y pasó a llamarse Velarde el resto de la calle que, iniciándose en la Plaza, termina en Fuencarral. En la calle Velarde se encontraba uno de los locales más emblemáticos de la mencionada Movida: “La Vía Láctea”.

La siguiente calle, esquina a San Bernardo, es la de La Palma. Entre Daoíz y esta, se encuentra el conocido Instituto de Enseñanza Secundaria Lope de Vega. En sus terrenos, en el Siglo XVIII, estuvo la mansión de los Duques de Abrantes y de Montemar. Fue sede de la Escuela Normal de Maestros y compartió aulas con la Facultad de Filosofía hasta que esta se trasladó a los terrenos de la nueva Ciudad Universitaria. Desde 1940 hasta 1980 fue solamente Instituto Femenino, pasando en este año a ser de educación mixta. El nombre de La Palma se lo debe a que en su trazado existía un arrollo con varias Palmas, al final sólo quedó un árbol de esta especie que le dio su denominación actual. Al principio de la calle estuvo un mítico local de la Movida Madrileña “El Pentagrama” (El Penta) y un poco más arriba, en la izquierda, se encuentra la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, por ella, pasaron muchos de los artistas que ilustraron las publicaciones y revistas más representativas de aquel movimiento artístico, musical y cultural. Esta calle tiene su final en la de Fuencarral. Igualmente, casi al final de la calle, sigue abierta la librería de lance y ocasión “Arrebato”, cuyo nombre se lo debe a la película de Iván Zulueta (otro de los personajes claves en el contexto de la Movida) con ese mismo título.
Desde esta calle, girando a la izquierda por la corta travesía del Dos de Mayo, he llegado a mi destino final, la terraza del Café de Mahón (uno de los preferidos por Juan Madrid como lugar de encuentro de los protagonistas de sus novelas policiacas), donde, en una de sus mesas a la sombra, voy a reponer “líquidos”.

A esas horas del mediodía, la Plaza de Malasaña, bulle de gente y de actividad. En el lateral de la calle de San Andrés, los días festivos, se instala un pequeño “mercadillo”. Todos los bajos de los cuatro lados de la misma están ocupados por algún tipo de negocio. Cerca de donde desemboca la calle Ruíz, permanece abierto el Kiosco de Prensa “Teo”. Este, junto al otro Kiosco Bar de “Paco y Luis” que estaba acristalado y que por razones de estética hizo derribar el Ayuntamiento, eran otros de los lugares claves de la Movida y de las aventuras de Toni Romano. No quiero dejar de citar algunos de los establecimientos que ocupan los costados de la Plaza, alrededor del pequeño parque donde está enclavado el Monumento de Daoíz y Velarde y el Arco del Parque de Monteleón. Desde esta mesa del Café Mahón diviso los siguientes: Pizzería Sandos, Café “Pepe Botella”, Malabar, Pizzería Maravillas, Cervecería Cabreira, Café Baztan, Cafetería Pastelería “Mi herbolario”, Bar Mad-Klyn, Librería “El Rincón de Lectura”, Horno Santos, Modas Kanpara, Locutorio telefónico “Alí Babá”, Farmacia 2 de Mayo, Bar “El 2-D”, Peluquería “Malayerba” y algún que otro más, sin olvidarme del Colegio de Primaria Pí y Margall situado en el rincón que forma el lateral de la Iglesia de las Maravillas y la calle Daoíz.

(CONTINUA EN FINAL)