En esta segunda foto se puede contemplar la auténtica “marea blanca” que invadió el Nuevo Salón de Actos Múltiples ubicado en los terrenos de la antigua Cooperativa. Casi 200 personas entre niños, mujeres y “merengones” celebramos la consecución de la Décima y el 20 aniversario de la fundación de la Peña “La Graja”. El ambiente festivo y familiar fue insuperable al igual que la paella con la que nos obsequió el incombustible Alfredo. La barra libre duró hasta que se agotaron las existencias y Melchor, el regente del bar de la Casa del Pueblo, hizo su particular agosto a la hora de los cafés y las copas.
El amigo Mariano Rasca (imagino que nos ilustrará con algunas de las múltiples fotos que realizó) disfrutó mas que “un pollino en el verde” y ya prometió que no se pierde la fiesta del año que viene.
Con razón dice el refrán que “el Señor me libre de mis amigos porque yo me libraré de mis enemigos”. Digo esto porque mi amigo “El Palomero”, siempre con ganas de meter el dedo en el ojo ajeno, me acusa de “usar artimañas” para no ponerme la camiseta del Madrid con los rótulos de celebración del evento. La acusación la puedo desmontar fácilmente: Entre mis genes, heredé de mi padre, el de ausencia de “instinto gregario”. Además, para demostrar los sentimientos hacia unos colores, no hace falta lucir camiseta alguna: “El cariño verdadero ni se compra ni se vende ni hace falta lucirlo delante de tanta gente.”
Por otro lado, confunde con un pregón (con todo mi cariño a aquellos con que nos deleitaba Martín El Guarda la Plaza) mi intervención oral. Se ve que no está muy al día en lo que respecta a los géneros literarios. Utilicé la “elegía” para recordar con cariño a algunos de los socios madridistas que, por desgracia, prematuramente ya nos han dejado, seguí con un “panegírico” sobre las hazañas de nuestro querido Real Madrid y terminé con una “loa” al elenco femenino que casi igualaba en número al masculino. Para terminar, utilicé un párrafo, quizás el más recomendable, del himno del conjunto blanco. ¡Cuando pierden dan la mano!.
Algunos continuamos la fiesta hasta poco antes del inicio de la Velada Flamenca que iba a tener lugar en el Patio del Castillo. Esta vez, el lugar elegido fue la Terraza de “El Mirador”, en donde, acompañados de la inigualables visión de una puesta de sol por los Cerros de Úbeda, el sentido del gusto estimulado por los pertinentes cuba-libres, se ve inmejorablemente complementado con el de la vista.
El amigo Mariano Rasca (imagino que nos ilustrará con algunas de las múltiples fotos que realizó) disfrutó mas que “un pollino en el verde” y ya prometió que no se pierde la fiesta del año que viene.
Con razón dice el refrán que “el Señor me libre de mis amigos porque yo me libraré de mis enemigos”. Digo esto porque mi amigo “El Palomero”, siempre con ganas de meter el dedo en el ojo ajeno, me acusa de “usar artimañas” para no ponerme la camiseta del Madrid con los rótulos de celebración del evento. La acusación la puedo desmontar fácilmente: Entre mis genes, heredé de mi padre, el de ausencia de “instinto gregario”. Además, para demostrar los sentimientos hacia unos colores, no hace falta lucir camiseta alguna: “El cariño verdadero ni se compra ni se vende ni hace falta lucirlo delante de tanta gente.”
Por otro lado, confunde con un pregón (con todo mi cariño a aquellos con que nos deleitaba Martín El Guarda la Plaza) mi intervención oral. Se ve que no está muy al día en lo que respecta a los géneros literarios. Utilicé la “elegía” para recordar con cariño a algunos de los socios madridistas que, por desgracia, prematuramente ya nos han dejado, seguí con un “panegírico” sobre las hazañas de nuestro querido Real Madrid y terminé con una “loa” al elenco femenino que casi igualaba en número al masculino. Para terminar, utilicé un párrafo, quizás el más recomendable, del himno del conjunto blanco. ¡Cuando pierden dan la mano!.
Algunos continuamos la fiesta hasta poco antes del inicio de la Velada Flamenca que iba a tener lugar en el Patio del Castillo. Esta vez, el lugar elegido fue la Terraza de “El Mirador”, en donde, acompañados de la inigualables visión de una puesta de sol por los Cerros de Úbeda, el sentido del gusto estimulado por los pertinentes cuba-libres, se ve inmejorablemente complementado con el de la vista.
llama la atención tu indumentaria,
no es la apropiada para el evento,
ir vestido de blanco, no tiene nada
que ver, con ser gragario,
sino con aceptar una norma
que se acordó...
Un saludo. Buen día.
no es la apropiada para el evento,
ir vestido de blanco, no tiene nada
que ver, con ser gragario,
sino con aceptar una norma
que se acordó...
Un saludo. Buen día.
Creo que este punto no tiene ni contestación, el querer aparentar, el querer sobresalir por encima de todos, yo creo que es signo de........., lo vamos a dejar aquí, los niños cuando quieren que los mimes, se suelen hacer notar bastante.
Buenas paisanos!
Pocas referencias quedan por hacer de la celebración merengue, muy buen día.
Sólo diré que Luis fue de lo pocos que aguantó fielmente a su estilo. Quien quedó 2º en el Ranking fue Antonio Ortega, aguantó estoicamente con la camiseta de la peña bajo el brazo buena parte del encuentro hasta que las presiones sociales y el hartazgo producido por algunos empecinados madridistas le hicieron ceder.
Un saludo
Pocas referencias quedan por hacer de la celebración merengue, muy buen día.
Sólo diré que Luis fue de lo pocos que aguantó fielmente a su estilo. Quien quedó 2º en el Ranking fue Antonio Ortega, aguantó estoicamente con la camiseta de la peña bajo el brazo buena parte del encuentro hasta que las presiones sociales y el hartazgo producido por algunos empecinados madridistas le hicieron ceder.
Un saludo
Creo que una peronsa inteligente como tú no debería confundir "el estilo" con "el saber estar", claro, así llegamos a lo que llegamos.
Gracias Francisco por la parte que me toca. Las diferencias las tengo claras. Pero no tenía noticia de que fuera de obligado cumplimiento llevar la camiseta del Real Madrid al evento y tampoco tengo constancia de que nadie faltara al saber estar allí. ¡¿Donde te fuiste después de estar allí para ver aquello que aludes?!