JIMENA: ¡Jesús, Dios mío!, siempre pense en ser borracho, pero...

¡Jesús, Dios mío!, siempre pense en ser borracho, pero nunca en el Campo Santo, pero ya que lo dices pues sea, solo me queda aprender a jugar a mus, peero si hay que aprender se sprende.
Todo sea por sacer al foro de su muerte segura.