Me gusta recordarlo así, jovial y con ganas de vivir, ambas virtudes no le faltaban por ese tiempo, pisaba la Lonja de Cánava, había superado un duro trance y se le veía muy bien, el destino ha querido que no todo fuese bueno, he tenido la oportunidad de despedirme de él para siempre, nos llamabamos por el mismo abuelo.