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Malas noticias, ha fallecido Magdalena Gámez Viedma (alias "La Magda") R. I. P.
Y ese callejón... Y esa vecindad: Paquita la modista y Pedro; Ana y sus pequeñas sobrinas, María Isabel (Gigi) y Reme; veranos con Juana la Mallorquina. Recuerdo un rosal que cuidábamos a medias, mezclado con tus conversaciones y las charlas de todos. Ahora ese callejón ha sido el lecho que sintió tu último aliento.
Cuando vuelva a Jimena no estarás. Tendré que salir al paseo de Cánava e intuirte allá a lo lejos, entre los cipreses. Magda, dejas un vacío. Un vacío que es cada vez más grande en tu callejón, en nuestro callejón, en tus “ligaores”, en tus papeleos. Habrá un vacío un poco más grande de este árbol de nuestra Jimena, que una tras otra, va perdiendo sus hojas sin reponerlas.
Tu infancia se empañó con una pérdida irreparable, compensada con un padre bueno, un hombre bueno. Familia querida también tuviste cerca y a la que tú también tuviste el corazón de acoger cuando lo necesitó. Una de tus virtudes, gran virtud, fue vivir a tu ritmo, a tu aire, sin entrar en campo de nadie, sin ofender a nadie.
Te recordaré siempre. Y no quiero acabar sin recordar también a “la Ruqui” y a “Mafalda”. Aquellos tiempos…
Cuando vuelva a Jimena no estarás. Tendré que salir al paseo de Cánava e intuirte allá a lo lejos, entre los cipreses. Magda, dejas un vacío. Un vacío que es cada vez más grande en tu callejón, en nuestro callejón, en tus “ligaores”, en tus papeleos. Habrá un vacío un poco más grande de este árbol de nuestra Jimena, que una tras otra, va perdiendo sus hojas sin reponerlas.
Tu infancia se empañó con una pérdida irreparable, compensada con un padre bueno, un hombre bueno. Familia querida también tuviste cerca y a la que tú también tuviste el corazón de acoger cuando lo necesitó. Una de tus virtudes, gran virtud, fue vivir a tu ritmo, a tu aire, sin entrar en campo de nadie, sin ofender a nadie.
Te recordaré siempre. Y no quiero acabar sin recordar también a “la Ruqui” y a “Mafalda”. Aquellos tiempos…
