JIMENA: Yo soy otro que también pensaba que la Torre se iba...

Supongo que es para eso para lo que se ha aprobado una subvencion, para que gente que sabe de esto mas nosotros se caliente la cabeza por nosotros. Si no hiciera falta su restauracion no la concederian.

Saludos

Aprovecho el intercambio de opiniones sobre si la ubicación del kiosko en el muro del Castillo es la mejor solución para recordar que hubo otro precedente de una actuación poco afortunada sobre el entorno del Castillo:

La anterior Corporación Municipal (de color político diferente al actual), también tuvo la oportunidad de evitar otra agresión cultural, artística y urbanística a la llamada Torre del Homenaje de la antigua Fortaleza o Castillo.

Cuando se derribó lo que quedaba de la antigua fábrica de los Trini para construir el Nuevo Hogar del Pensionista, más de uno estuvimos esperando que se aprovechara la oportunidad para dejar libre toda esa parte del Castillo que llega a la Peña Bermeja (el Peñón Colorao en el argot de Jimena). Es decir, creíamos que la nueva pared no iba a descansar en los muros de la Torre y que el Castillo quedaría libre por todo ese costado. Un pequeño callejón en descenso a dicho Peñón que podía haber terminado en un Mirador, hubiera sido una solución del agrado de casi todo el pueblo.

En la foto se puede ver perfectamente la solución que se tomó, tapando parte de la Torre y el resto de todo ese lado que termina sobre la citada Peña Bermeja.

Como no lo sé, no puedo hablar sobre las razones que influyeron en la toma de esa decisión: ¿Económicas?, ¿Técnicas?, ¿Estéticas?, ¿simplemente falta de interés?.

Lo único que tengo claro es que ya no tiene solución y lo hecho, hecho está.

No hace falta que diga, como es lógico, que esta opinión es una forma particular de ver el asunto, habrá otras personas que lo verán de manera diferente y a las que ya, de antemano, les respeto sus puntos de vista como espero que respeten el mío.

Yo soy otro que también pensaba que la Torre se iba a quedar aislada. Viendo esta foto, cualquiera que no tenga la mente infectada de intereses partidistas, es fácil imaginarse lo bonito que hubiera quedado el torreón libre de sobrecargas.