JIMENA (MEDIADOS DEL SIGLO XVIII): LA DESIGUALDÁD EN LA POSESIÓN DE LA TIERRA, SEGÚN EL CATÁSTRO DE ENSENADA (Por Luismarín).
Si empezáramos hablando de Don Zenón de Somadevilla y Bengoechea, seguramente a muchos, este nombre no le diría nada, pero si hablamos del Marqués de la Ensenada, que era el Título Nobiliario que sustentaba éste señor, ya nos sonará algo más y quizás bastante más si nos referimos al Catastro de Ensenada.
En efecto, el riojano Marqués de la Ensenada (1702-1781), desempeño el cargo de Consejero o Secretario de Estado, en los reinados de Felipe V, Fernando VI y Carlos III y su logro más conocido en la Historia de España, es el de haber sido impulsor y realizador del famoso Catastro que se conoce por su nombre.
Ya desde el siglo XVII, y especialmente durante el XVIII, uno de los principales intereses de la Corte era el de aumentar los ingresos reales. Por este motivo, sobre el año 1749, Fernando VI, (a iniciativa de su Secretario de Hacienda, el Marqués de la Ensenada), comenzó la elaboración de un catastro (la palabra catastro significa pesquisa o averiguación) en los Reinos de Castilla: Su finalidad era, determinar a gran escala sus habitantes, propiedades territoriales, edificios, ganados, oficios, rentas, etcétera, así como las características geográficas de cada población. Los Intendentes de cada municipio fueron los encargados de recoger toda éstas informaciones, al igual que las diversas fuentes de ingresos tanto personales como de todas las villas de Castilla. Sobre el año 1756 ya se conocía la información de todas las provincias existentes.
El motivo principal de la realización del Catastro, era llegar a implantar una única contribución de un 4% sobre las rentas de cualquier origen, porque se pensaba que esto beneficiaría a las clases menos pudientes, en detrimento de las órdenes religiosas, el clero secular y la nobleza y que tendría como consecuencia perder, en parte, su privilegiada posición. En realidad este empeño no llegó nunca a entrar en vigor, e incluso el propio Marqués de la Ensenada fue destituido en 1754. Sin embargo, el fabuloso volumen de informaciòn que se puede extraer del Catastro de Ensenada (con todas sus limitaciones) es indispensable para conocer los diversos aspectos de la sociedad y economía de cada uno de los municipios donde se llevó a cabo. Gracias a este trabajo, en el caso de JIMENA, disponemos de esa información, la cual vamos a tratar de resumir en algunas pinceladas.
Para Jimena (sobre 1850 y algo), su población (tanto en las Respuestas Generales, como en los Libros de Maestros de Legos y Eclesiásticos) se estableció en unos 360 vecinos. Si a estos vecinos, los consideramos como cabezas de familia, podríamos determinar que la población rondaría los mil seiscientos habitantes (algunos estudios demográficos, como los realizados por el Catedrático Antonio Domínguez Ortiz dan una cifra de 4,5 personas por cada casa de vecino).
Como en toda Castilla, la población de Jimena la podemos dividir socialmente en los tres estamentos que existían en el Antiguo Régimen: Nobleza, Clero y Pueblo o Estado Llano. Atendiendo a ésta clasificación estamental, del Catastro de Ensenada se pueden obtener algunas informaciones sobre la PROPIEDAD DE LA TIERRA en la localidad de Jimena.
Aunque, en primer lugar, cabría señalar, que aparte de los propietarios de tierras pertenecientes a algunos de estos estamentos, también hay que tener en cuenta las posesiones del Ayuntamiento, que eran conocidas como “BIENES DE PROPIOS O COMUNES”. Estos bienes de propios eran una importante fuente de ingresos para muchos Ayuntamientos que entonces no contaban con ninguna ayuda para sobrevivir. Parece ser que el Concejo de Jimena era propietario de unas 307 fanegas de tierra que daba en arrendamiento. Estas fanegas se repartirían por los lugares conocidos como Cerro Gordo, Salegas, Cabriza, Ynobados, El Pomar y Pajarejos.
El reparto de propiedad de la tierra, atendiendo a la mencionada división por estamentos, se podría resumir de la siguiente forma:
NOBLEZA: al frente figuraría Dª María Micaela de los Cobos y Luna, VII marquesa de Camarasa. Era la titular del Señorío que Don Francisco de los Cobos (Secretario de Despacho de Carlos I) empezó a fundar en 1539. De éste Señorío, formaban parte las Encomiendas de Jimena y Recena, así como la de Torres (de la que dependía la anterior) y algunas más. Estas Encomiendas fueron vendidas, por el Emperador, a muy bien precio, a Don Francisco por su ayuda en la guerra de los Comuneros. Hay que recordar que ésta zona de Jaén, estaba precisamente a favor de las Comunidades.
Dª Micaela, como la mayoría de los titulares de Señoríos, era absentista, pues evidentemente no vivía en el pueblo. Sin embargo, tenía la atribución directa de nombrar a todos los cargos públicos del Ayuntamiento, así como la de cobrar algunos impuestos reales. Como es obvio, PRACTICAMENTE LA TOTALIDAD DE LAS TIERRAS que conformaban el término municipal, eran de su propiedad.
Por otro lado, siempre según el Catastro, aparece el Hidalgo Don Luis de Torres Navarrete, que era el Teniente Corregidor del pueblo y además el administrador de las propiedades de la Marquesa. Sin tener en cuenta a esta última, era el principal personaje en el término y de igual manera un importante propietario.
PUEBLO -ESTADO LLANO: aparecen como propietarios algunos habitantes, que sin ser nobles de origen, alcanzaban el título de Don, como consecuencia de sus cargos públicos en el pueblo: el Alcalde Ordinario Don Alonso de Torres, el Capitular (también labrador) Don Juan Prieto Torres, el escribano del Cabildo de Albanchez (también labrador) Don Bartolomé de Ortega Torres y el médico titular de Jimena Don Pedro Miguel de Molina.
Si empezáramos hablando de Don Zenón de Somadevilla y Bengoechea, seguramente a muchos, este nombre no le diría nada, pero si hablamos del Marqués de la Ensenada, que era el Título Nobiliario que sustentaba éste señor, ya nos sonará algo más y quizás bastante más si nos referimos al Catastro de Ensenada.
En efecto, el riojano Marqués de la Ensenada (1702-1781), desempeño el cargo de Consejero o Secretario de Estado, en los reinados de Felipe V, Fernando VI y Carlos III y su logro más conocido en la Historia de España, es el de haber sido impulsor y realizador del famoso Catastro que se conoce por su nombre.
Ya desde el siglo XVII, y especialmente durante el XVIII, uno de los principales intereses de la Corte era el de aumentar los ingresos reales. Por este motivo, sobre el año 1749, Fernando VI, (a iniciativa de su Secretario de Hacienda, el Marqués de la Ensenada), comenzó la elaboración de un catastro (la palabra catastro significa pesquisa o averiguación) en los Reinos de Castilla: Su finalidad era, determinar a gran escala sus habitantes, propiedades territoriales, edificios, ganados, oficios, rentas, etcétera, así como las características geográficas de cada población. Los Intendentes de cada municipio fueron los encargados de recoger toda éstas informaciones, al igual que las diversas fuentes de ingresos tanto personales como de todas las villas de Castilla. Sobre el año 1756 ya se conocía la información de todas las provincias existentes.
El motivo principal de la realización del Catastro, era llegar a implantar una única contribución de un 4% sobre las rentas de cualquier origen, porque se pensaba que esto beneficiaría a las clases menos pudientes, en detrimento de las órdenes religiosas, el clero secular y la nobleza y que tendría como consecuencia perder, en parte, su privilegiada posición. En realidad este empeño no llegó nunca a entrar en vigor, e incluso el propio Marqués de la Ensenada fue destituido en 1754. Sin embargo, el fabuloso volumen de informaciòn que se puede extraer del Catastro de Ensenada (con todas sus limitaciones) es indispensable para conocer los diversos aspectos de la sociedad y economía de cada uno de los municipios donde se llevó a cabo. Gracias a este trabajo, en el caso de JIMENA, disponemos de esa información, la cual vamos a tratar de resumir en algunas pinceladas.
Para Jimena (sobre 1850 y algo), su población (tanto en las Respuestas Generales, como en los Libros de Maestros de Legos y Eclesiásticos) se estableció en unos 360 vecinos. Si a estos vecinos, los consideramos como cabezas de familia, podríamos determinar que la población rondaría los mil seiscientos habitantes (algunos estudios demográficos, como los realizados por el Catedrático Antonio Domínguez Ortiz dan una cifra de 4,5 personas por cada casa de vecino).
Como en toda Castilla, la población de Jimena la podemos dividir socialmente en los tres estamentos que existían en el Antiguo Régimen: Nobleza, Clero y Pueblo o Estado Llano. Atendiendo a ésta clasificación estamental, del Catastro de Ensenada se pueden obtener algunas informaciones sobre la PROPIEDAD DE LA TIERRA en la localidad de Jimena.
Aunque, en primer lugar, cabría señalar, que aparte de los propietarios de tierras pertenecientes a algunos de estos estamentos, también hay que tener en cuenta las posesiones del Ayuntamiento, que eran conocidas como “BIENES DE PROPIOS O COMUNES”. Estos bienes de propios eran una importante fuente de ingresos para muchos Ayuntamientos que entonces no contaban con ninguna ayuda para sobrevivir. Parece ser que el Concejo de Jimena era propietario de unas 307 fanegas de tierra que daba en arrendamiento. Estas fanegas se repartirían por los lugares conocidos como Cerro Gordo, Salegas, Cabriza, Ynobados, El Pomar y Pajarejos.
El reparto de propiedad de la tierra, atendiendo a la mencionada división por estamentos, se podría resumir de la siguiente forma:
NOBLEZA: al frente figuraría Dª María Micaela de los Cobos y Luna, VII marquesa de Camarasa. Era la titular del Señorío que Don Francisco de los Cobos (Secretario de Despacho de Carlos I) empezó a fundar en 1539. De éste Señorío, formaban parte las Encomiendas de Jimena y Recena, así como la de Torres (de la que dependía la anterior) y algunas más. Estas Encomiendas fueron vendidas, por el Emperador, a muy bien precio, a Don Francisco por su ayuda en la guerra de los Comuneros. Hay que recordar que ésta zona de Jaén, estaba precisamente a favor de las Comunidades.
Dª Micaela, como la mayoría de los titulares de Señoríos, era absentista, pues evidentemente no vivía en el pueblo. Sin embargo, tenía la atribución directa de nombrar a todos los cargos públicos del Ayuntamiento, así como la de cobrar algunos impuestos reales. Como es obvio, PRACTICAMENTE LA TOTALIDAD DE LAS TIERRAS que conformaban el término municipal, eran de su propiedad.
Por otro lado, siempre según el Catastro, aparece el Hidalgo Don Luis de Torres Navarrete, que era el Teniente Corregidor del pueblo y además el administrador de las propiedades de la Marquesa. Sin tener en cuenta a esta última, era el principal personaje en el término y de igual manera un importante propietario.
PUEBLO -ESTADO LLANO: aparecen como propietarios algunos habitantes, que sin ser nobles de origen, alcanzaban el título de Don, como consecuencia de sus cargos públicos en el pueblo: el Alcalde Ordinario Don Alonso de Torres, el Capitular (también labrador) Don Juan Prieto Torres, el escribano del Cabildo de Albanchez (también labrador) Don Bartolomé de Ortega Torres y el médico titular de Jimena Don Pedro Miguel de Molina.