Dios te salve María del Calvario, Madre de Dios y de todos los galdurienses, que bajo tu manto piden tu protección, bendita eres entre todas las mujeres, y entre tus hijas costaleros, y bendito es el fruto de tu vientre, nuestro Señor de la Expiración. Santa María, madre de Dios y nuestra, ruega por todos nosotros y por tu querida Hermandad de la Expiración, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.