OLIVARES DE ANDALUCÍA
Son tantos los olivares
del suelo de Andalucía,
que confundes los lugares
por su perfecta armonía.
Jaén como buen destino
contempla La Carolina,
que parece ser barrera
de un cielo que se ilumina.
Santa Elena de pasada
pegando a Despeñaperros,
es una tierra anhelada
con sus olivos y cerros.
Úbeda tiene olivares
que son dignos de alabanza,
existen muchos lugares
que marcan su bella danza.
Olivares con canciones
de sus brisas encantadas,
en Baeza las emociones
parecen estar soñadas.
Campos llenos de recuerdos
en sus sendas apartadas,
comentan los hombres cuerdos
que son divinas jornadas.
Olivares que admiramos
cuando vamos de pasada,
son campos que divisamos
en la tierra trabajada.
Olivares andaluces
aceite de buena marca,
a veces reflejan cruces
cuando la gente se embarca.
Olivares con grandeza
paisajes que se agigantan,
tierra que tiene nobleza
donde los flamencos cantan.
Son tantos los olivares
del suelo de Andalucía,
que confundes los lugares
por su perfecta armonía.
Jaén como buen destino
contempla La Carolina,
que parece ser barrera
de un cielo que se ilumina.
Santa Elena de pasada
pegando a Despeñaperros,
es una tierra anhelada
con sus olivos y cerros.
Úbeda tiene olivares
que son dignos de alabanza,
existen muchos lugares
que marcan su bella danza.
Olivares con canciones
de sus brisas encantadas,
en Baeza las emociones
parecen estar soñadas.
Campos llenos de recuerdos
en sus sendas apartadas,
comentan los hombres cuerdos
que son divinas jornadas.
Olivares que admiramos
cuando vamos de pasada,
son campos que divisamos
en la tierra trabajada.
Olivares andaluces
aceite de buena marca,
a veces reflejan cruces
cuando la gente se embarca.
Olivares con grandeza
paisajes que se agigantan,
tierra que tiene nobleza
donde los flamencos cantan.