¡
Cielos! ahora resulta que soy un hombre-
castillo, porque sin él no seria nadie. Y me siento muy, pero que muy triste. Me voy a llorar y a mesarme las almenas, en la profundidad de mis mazmorras. Es increible. Tanto de una parte como de otra. Haya paz y concordia entre los
pueblos vecinos. José Luis.