Mi buen Carlos, después de leer tú manual de buenos propósitos respecto a la Iruela, no sé si pensar que ha llegado ese momento crucial de tu vida, en que te planteas presentarte a la alcaldia y nos arengas de semejante modo a todos tus paisanos, con ese verbo encendido y lleno de alusiones a fiestas, comidas tipicas, tradiciones y hasta estadisticas de despoblación y amenazas de perdidas irreparables de costumbres ancestrales para que te votemos, e intentar tú, a golpe de edicto enmendar todo eso, ... (ver texto completo)