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LINARES

Habitantes: 62.000  Altitud: 437 m.  Gentilicio: Linarenses 
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Situación:

Municipio que se sitúa al sureste de la comarca Norte y que se configura como el segundo municipio provincial por población.

En otros tiempos no lejanos fue un importante núcleo minero e industrial, quizá el mas importante de la provincia, quedando restos de infraestructuras mineras en la parte norte del territorio, entre los terrenos de Sierra Morena y La Campiña del sur municipal. Cabe destacar también la presencia de la única factoría de automóviles de Andalucía, Santana Motor (situada en la Avenida 1º de Mayo), la cual ha estado fabricando todo-terrenos durante más de cincuenta años. Entre ellos los famosos "Land-Rover", "Suzuki" o sus propios desarrollos como el Santana 2.500 o el Santana Aníbal (PS10 en otros paises).

Agrícolamente, la mitad norte está ocupada por dehesas, especies arbóreas forestales y eriales y concentra una importante cabaña ganadera, en la que predomina el ganado bovino. Las tierras labradas ocupan la mayor parte del término, siendo el olivo el cultivo que ocupa mayor extensión, seguido de los cultivos herbáceos de secano y los cultivos industriales de regadío. Los ríos Guadiel, Guarrizas, Guadalén y Guadalimar, que configuran el término, han hecho posible la instalación de grandes extensiones de riego.

La actividad económica tiene soporte en la agricultura, ganadería, la industria y los servicios.

Monumentos:

Linares posee un variado conjunto de monumentos (iglesias, palacios, casas solariegas, edificios públicos) de diferentes estilos y épocas, que, desde la sencillez del arte románico hasta el preciosismo de los edificios modernistas de los siglos XIX y XX, hablan de la evolución de una ciudad que se ha hecho a si misma.

En nuestro recorrido por el casco antiguo, claramente delimitado, con sabor de siglos en sus piedras y en sus plazas, visitamos, en primer lugar, la Plaza del ayuntamiento. Llamada "El Llano" durante los siglos XVI y XVII, era el lugar donde se celebraban las corridas de toros. En ella el edificio neoclásico del Ayuntamiento y la llamada "Casa de la Munición". Esta fábrica, construida en tiempos de Carlos III, conserva en su fachada el escudo real y, durante la guerra de la Independencia, estuvo abasteciendo a la guerrilla con la munición que se sacaba escondida en balas de leña. Actualmente en éste edificio están situadas las oficinas de la agencia tributaria.

De la Plaza del Ayuntamiento parte la "Costezuela" que a finales del siglo XVI es ya casi una plaza mayor de la Villa. En su acera izquierda se halla el edificio del "Antiguo posito", que ostenta en su fachada, terminada a mediados del siglo XVIII, el escudo de la villa. Más tarde, cuando Linares obtuvo el título de ciudad, este edificio fue habilitado para Prisión del Partido. Actualmente alberga al Colegio de Educación Especial "Virgen de Linarejos".

La Costezuela termina ante la lonja de la iglesia de Santa Maria. Esta iglesia, declarada Monumen. to Histórico- Artístico, fue construida sobre una antigua mezquita, durante los siglos XIII al XV. Conserva en su interior el cuerpo gótico de pilares octogonales y bóvedas cuatripartitas, mientras que la parte del crucero es renacentista. Posee un bellísimo retablo plateresco compuesto de una colección de tablas sobre el Antiguo y Nuevo Testamento, con marcada influencia italiana tanto en el pintor como en el escultor que en él trabajaron.

Junto a la iglesia de Santa María se halla el Torreón del antiguo castillo, resto de la fortaleza de seis esbeltas torres y doble muralla, alrededor de la cual se formó el asentamiento que, procedente de Cástulo, dió origen a Linares.

Cerca, el Palacio de los Zambrana ha tenido, a lo largo de los siglos, muy diferentes destinos: palacio, casa rural, cuartel de infantería, asilo de ancianos. En su noble fachada renacentista, con un airoso torreón castellano, luce los escudos de los Zambrana, Olid, Dávalos y Rivera. En la cercana calle de los Alamos existe otro ejemplo de estos bellos y un tanto insólitos torreones medievales castellanos.

En Linares sorprende la profusión de plazas y plazuelas, de rincones ajardinados, sombreados por frondosos árboles. La calle de los Alamos desemboca en uno de estos rincones: la deliciosa Plaza del Gallo, hermana menor de Plaza Nueva o de Alfonso XII, luminosa plaza nacida a la par y con el estilo del nuevo siglo.

La casa del Torreón, en la calle de Yanguas Jiménez completa el recorrido por el casco antiguo de Linares. Construida, posiblemente, sobre un anterior edificio de la época musulmana, destaca airoso su torreón castellano, el tercero de los que aún se conservan en la ciudad, y luce en su fachada los escudos de sus primitivos propietarios. En la actualidad es sede del Museo Arqueológico de Linares, fundado en 1956 y declarado Monumento Histórico Artístico Nacional. Este importante Museo dedica su actividad, principalmente, a recoger las piezas procedentes de la antigua ciudad ibero-romana-visigótica-árabe de Cástulo, albergando una extensa colección de piezas de orfebrería y cerámica ibéricas, kylikes áticos, y sobre todo, del arte bajo el imperio romano: máscaras de terracota, una cabeza femenina en mármol, esculturas, capiteles, columnas y fragmentos de relieves.

En la calle del Pontón, casi en la Plaza Nueva, se halla la Casa-Palacio de los Orozco, declarada Monumento Histórico-Artístico. Se trata de una mansión rural con un bello patio castellano, que ostenta en su fachada, sobre un original balcón en entredos, el escudo de sus primitivos dueños. Un poco más abajo el Convento Hospital de San Juan de Dios muestra en su portada de placas talladas a bisel un magnífico ejemplo de la arquitectura barroca. En la actualidad Palacio de Justicia, fue construido a finales del siglo XVII y principios del XVIII, conservando aún el claustro y las galerías inferiores y superiores. Es Monumento Nacional desde 1962.

La casa de Pajares, situada en la Plaza Ramón y Cajal, esquina al Pasaje del Comercio, fue construida a finales del siglo XVIII. Posee un recogido patio de estilo castellano y dos helios halcones en entredós, guardando en sus muros de piedra una curiosa anécdota: de ella salió la junta revolucionaria, durante la Revolución de 1868.

Linares posee otros dos museos: el Museo Andrés Segovia, dedicado al gran concertista de guitarra nacido en la ciudad, y un Museo de Ciencias Naturales.

Fuera del casco antiguo existen atractivos lugares -plazas, parques, calles- para visitar y pasear. Entre las plazas la de San Francisco, con la iglesia de igual nombre. Construida a finales del siglo XVI y ampliada durante el XVII y el XVIII, contiene en su interior un bello retablo del barroco andaluz. Un lugar para visitar es la uente del Pisar: cuenta la leyenda que, allá por el siglo XVI, al pasar por este lugar un caballero, el caballo en que iba montado hundió su pie en la tierra quedando aprisionado; al librarle, su dueño vio cómo surgía un abundante caño de agua que desde entonces no ha dejado de manar. Esta historia-leyenda de una fuente que surgió «al pisar» de un caballo, tiene su explicación en la existencia de un acueducto que se abastecía del agua de los veneros de Linarejos y la llevaba hasta Cástulo, cuyos habitantes, bajo la dominación romana, fueron los autores de esta construcción que aún se conserva en parte. Otro lugar para visitar es el Santuario de Linarejos, donde se halla la imagen de la patrona de la ciudad y cuya orfebrería está. realizada a forja por obreros linarenses. La aportación más destacada de Linares en cuanto a arquitectura se refiere es la que se realiza durante la segunda mitad del siglo XIX y primer tercio del XX, que ha dejado salpicada la ciudad de atractivas casas modernistas adornadas en balcones y ventanas con bella rejería. Es de destacar la creación de singulares edificaciones como el Hospital de los Marqueses de Linares, dentro de un estilo neogótico, que posee en su interior el mausoleo de bronce y alabastro de los Marqueses, obra de Coullaut Valera; o la estación de ferrocarril del Paseo de Linarejos, de un airoso modernismo en ladrillo rojo; el Mercado de abastos, etc...

A 5 Kms de Linares, por la carretera de Torreblascopedro, se encuentra la antigua ciudad romana de Castulo. Se trata de un asentamiento de origen ibero, que alcanzó su máximo esplendor bajo el imperio Romano. De esta época datan una serie de importantes construcciones de diferente carácter: obras de infraestructura para la conducción del agua; vías de comunicación como la Vía Augusta, cuyo tramo Cástulo-Cartagena se terminó en tiempos de Tiberio y el de Cástulo a Córdoba en tiempos de Claudio; así mismo una inscripción nos da notificación de que una sacerdotisa llamada Annua mandó construir un Ninfeo dedicado a Roma y a. Augusto en Cástulo. Contemplar los restos (aún en gran parte sin excavar) de Cástulo da idea de la importancia de esta ciudad, cuyas piezas de orfebrería, cerámica, escultura, etc se ofrecen a la admiración en el Museo Arqueológico de Linares.

El puente romano del Piélago, sobre el río Guarrizas, en la carretera de Arquillos, que formaba parte de la Vía Heraclea, es otra interesante muestra de la importancia de la zona en época romana.

A cuatro kilómetros de Linares, por la carretera de Jabalquinto, se alza el castillo renacentista de Tobarruela. De planta cuadrada con torres cilíndricas en las esquinas, responde a ese tipo de castillo-residencia representativo de la fuerza que alcanzaron en determinados momentos algunos señores de la zona.

Fiestas:

La Virgen de Linarejos, Patrona de Linares lo es desde el 1 de noviembre de 1783, según decreto dado por el Obispo de Jaén e Inquisidor General de España D. Agustín Rubín de Cebayos con fecha 24 de febrero de 1784, según consta en los Libros de Actas del Cabildo correspondientes a dicho año, que se conservan en el Archivo Municipal de Linares, en que consta que además de hacerlo con caracter retroactivo a la fecha mencionada, le dió el nombre de María Santísima de Linarejos. Según un antiguo romance incorporado en un manuscrito titulado "el Festín" y también conocido como el libro de D. Martín de Zambrana y Chacón, se estableció la fecha del año 1227 tradicionalmente aceptada como aquella en que fue encontrada por un ermitaño o hombre santo llamado Juan Ximénez que procedía de los campos de Albentosa (lugar próximo a Linares) en la fecha 5 de agosto, en que agobiado por el implacable calor, descansó a la sombra de un lentisco y allí fue el hallazgo y fue en principio trasladada a Ibros, de donde aquel procedía, si bien milagrosamente, la imagen volvió al mismo lugar, por lo que entendieron que allí se le debía construir una ermita, muy rudimentaria al principio y que resultó destruida por un temporal, por lo que se le edificó una nueva en el lugar actual que fue inaugurada a mediados del siglo XVII.
Sin embargo, por los trabajos de investigación realizados por D. Manuel Morales Borrero y Dª Carmen Eisman Lasaga, basados en dos manuscritos de Gregorio López Pinto que se conservan en la Biblioteca Nacional, y que han sido publicados por el Instituto de Estudios Jiennenses, se ha descubierto que en ambos aparece la fecha del encuentro de tan sagrada imagen en el año 1236, lo que merece más credibilidad por haber sido escritos ambos en fecha bastante anterior a la copia del mencionado libro de D. Martín de Zambrana.
Semana Santa:

Semana Santa de interés turístico andaluz que destaca por la calidad de las bandas de cabecera de las cofradías y hermandades y de los tercios de trompeteros, la belleza de la imaginería cofrade y, especialmente, por el acto de la Expiración en la calle Marqués, la lectura de la sentencia en el prendimiento de Nuestro Padre Jesús y la bendición que, con su brazo articulado, concede el Nazareno a los cientos de linarenses que se agolpan a su paso el Viernes Santo.

Real Feria y Fiestas de San Agustín:

En Linares se celebra entre el 27 de Agosto y el 1 de Septiembre la Feria de San Agustín, siendo el día grande el 28. Tiene sus orígenes en una antigua feria de ganado. Sobre el patronazgo de San Agustín no existe un reconocimiento por parte del Ayuntamiento, aunque es tradicionalmente. La concesión de la Feria a Linares, fue efectuada en el año 1734 por S. M. el rey Felipe V, según documento que se conserva en el Archivo Histórico Nacional y que se inicia como "Licencia a la Vª de Linares para que pueda tener Feria".
Durante la misma son importantes los festejos taurinos que tienen lugar en el coso de Santa Margarita, con los mejores toreros del momento, las actuaciones musicales que reúnen a grandes figuras del panorama musical español y una nutrida programación teatral con compañías nacionales hacen que la feria de san Agustín se haya convertido en una de las mejores de la provincia de Jaén, cuya fama alcanza nivel nacional.

Historia:

A pocos kilómetros del actual casco urbano se encuentra Cástulo, que pasa por ser uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de toda Europa. Esta ciudad fue la capital de la Oretania en época ibérica y uno de los enclaves más importantes de la Hispania romana. Pero sus orígenes son todavía más antiguos, desde la consolidación de la actividad metalúrgica ligada a las minas de Sierra Morena, en el segundo milenio antes de Cristo.

Por su situación privilegiada y por su riqueza minera, Cástulo tuvo un protagonismo especial en el enfrentamiento entre romanos y cartagineses, realzado por el matrimonio de la princesa castulonense Himilce con el general cartaginés Aníbal. Finalmente, en el año 206 a C las legiones romanas tomaron militarmente la ciudad. La minería y la actividad metalúrgica impulsaron la prosperidad de Cástulo durante la época imperial. Su influencia abarcaba toda la zona oriental de Sierra Morena e, incluso, parte de la actual provincia de Ciudad Real. Contaba con numerosos poblados mineros fortificados en la comarca. Pero con el declive de la actividad minera y su paralización, llegó la decadencia: a comienzos del siglo IV Cástulo era una sede episcopal que había enviado un representante al Concilio de Toledo, pero en el siglo VI y VII, la ciudad pierde importancia en favor de Baeza. Finalmente, solo quedaron algunas pequeñas aldeas habitadas y ya en época islámica, hasta el siglo XI no se consolidan estructuras fortificadas. Ante el avance de los cristianos, en el siglo XII se levanta una torre, que será la que se utilice como torre del homenaje del castillo de Santa Eufemia, levantado tras la conquista en 1227.

Para Linares los siglos XIV y XV fueron de inestabilidad social y política por las constantes pugnas de la nobleza. En el reinado de los Reyes Católicos, el debilitamiento del poder del Concejo de Baeza abrió el proceso de emancipación de los linarenses. La primera petición expresa se hizo a Carlos V, pero la separación definitiva de Baeza no se concedió hasta el reinado de Felipe II. La independencia se hizo realidad el 17 de agosto de 1565, tras el pago de 7.500 maravedís y Linares era ya una floreciente ciudad cuya prosperidad venía, una vez más, de la mano de la actividad minera.

Tras un periodo de depresión, el crecimiento demográfico y el desarrollo urbano comienza en el siglo XVIII, para despegar definitivamente en la centuria siguiente, impulsado por una nueva legislación y nuevas tecnologías relacionadas con las explotaciones mineras. Aumento demográfico, progreso económico y llegada de capitales extranjeros son las notas características de este proceso que estimula un cambio radical de la estructura social y urbana.

En 1875, por Real Decreto, Alfonso XII concedió a Linares el título de ciudad. La transformación de la ciudad es sobresaliente: se amplía su extensión de villa medieval-renacentista con el proyecto de expansión de 1871; surgen barrios residenciales de calles rectas y casas individuales; se construyen parques y plazas con jardines evocadores del modernismo levantino; se da lugar a la creación de una nueva «ciudad», que, aunque en parte estaba dentro del viejo casco, se remoza a comienzos del siglo XX con edificios comerciales y de banca concentrados, marcando la pauta a seguir por otras ciudades.

Todavía se desconocen muchos aspectos del origen de la actual ciudad de Linares. Seguramente, la pequeña aldea islámica, tras la batalla de las Navas de Tolosa y su conquista por Fernando III, ganó en importancia por su situación y fue elegida para construir un castillo que facilitara la defensa; se hizo a Linares dependiente de Baeza y comenzó la repoblación con colonos de Castilla y León. Para Linares los siglos XIV y XV fueron de inestabilidad social y política por las constantes pugnas de la nobleza. En el reinado de los Reyes Católicos, el debilitamiento del poder del Concejo de Baeza abrió el proceso de emancipación de los linarenses. La primera petición expresa se hizo a Carlos V, pero la separación definitiva de Baeza no se concedió hasta el reinado de Felipe II. La independencia se hizo realidad el 17 de agosto de 1565, tras el pago de 7.500 maravedís y Linares era ya una floreciente ciudad cuya prosperidad venía, una vez más, de la mano de la actividad minera. Tras un periodo de depresión, el crecimiento demográfico y el desarrollo urbano comienza en el siglo XVIII, para despegar definitivamente en la centuria siguiente, impulsado por una nueva legislación y nuevas tecnologías relacionadas con las explotaciones mineras. Aumento demográfico, progreso económico y llegada de capitales extranjeros son las notas características de este proceso que estimula un cambio radical de la estructura social y urbana. En 1875, por Real Decreto, Alfonso XII concedió a Linares el título de ciudad. La transformación de la ciudad es sobresaliente: se amplía su extensión de villa medieval-renacentista con el proyecto de expansión de 1871; surgen barrios residenciales de calles rectas y casas individuales; se construyen parques y plazas con jardines evocadores del modernismo levantino; se da lugar a la creación de una nueva «ciudad», que, aunque en parte estaba dentro del viejo casco, se remoza a comienzos del siglo XX con edificios comerciales y de banca concentrados. Éste auge se debe principalmente al empuje económico de la minería, la cual es, entre la segunda mitad del siglo XIX y más de la primera mitad del XX, el motor principal de la economía. En esa época había numerosas compañías extranjeras explotando los diversos yacimientos de mineral existentes en toda la comarca, principalmente plomo y plata. Debido al gran movimiento de mercancía Linares estaba muy bien comunicada, contando con varias estaciones de ferrocarril (ej. la "Estación de Madrid" o la "Estación de Almería), así como una extensa red de tranvías que comunicaban la cuidad con algunas minas así como con pueblos cercanos.