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LINARES: SER DE LINARES, SER MUCHO MáS. Con lo inmenso...

SER DE LINARES, SER MUCHO MáS.


Con lo inmenso que este mundo, con los miles de pueblos y de ciudades que lo conforman, parece que nos sonrío la suerte solo a unos cuantos. Es así de dichoso como me siento, por haber tenido la enorme fortuna de que mis ojos se abrieran al mundo aquí, en este gran pueblo, mi pueblo: LINARES. Y digo Linares y como buen linarense digo "Linareh" y la "s" me la guardo, pues si la pronunciase sería yo un linarense de dudosa cuna.

Soy de Linares y aunque circunstancias de la vida me han llavado lejos de aquí, pasas cada día varias veces por mi mente. Porque es irremediable tenerte lejos y no estar pensando en tí. Es escuhar tu nombre de pasada en alguna conversación, en algun medio de comunicación, y notar como el oido se me agudiza y el corazón se me ensancha. Me llena tanto de orgullo el poder decir que soy de Linares, que siempre que alguien me viene a preguntar: ¿Tú eras de Jaén, no? No dudo un segundo en contestar: NO, de Jaén NO, yo soy de Linares. Y bien alto lo digo. Pues SER LINARENSE, ES SER MUCHO MáS.

Porque el linarense tiene un sentimiento hacia su pueblo que es difícil de comprender para el que no es de aquí, EL LINARENSE AMA A SU TIERRA HASTA EL PUNTO QUE LA DEFIENDE CON LA RAZóN O SIN ELLA. El linarense es solidario con su pueblo, y se siente hermano del resto de sus paisanos. Y si alguna vez lejos de aquí, se encuentra con otro linarense, aunque no medie más vínculo que el paisanaje, le pega un abrazo y se siente muy cercano a él, porque somos así.

Ese Linares UNIDO. Ese pueblo en el que cuando un paisano sufre y cae, entre cinco lo levantan. Ese pueblo que siempre ha sido un "todos a una", a sabiendas de que era el camino a seguir para hacernos fuertes. Ese Linares de Santana, que se tiró literalmente a las calles a luchar por lo que era suyo. Da igual sino no era un familiar, sería un vecino, un amigo, o un paisano, daba igual. La cuestión era resistir por tí, por tí Linares. Y como dijo Miguel Hernández: "NO HAGáIS QUE LOS DE LINARES SE LEVANTEN, PORQUE COMO SE LEVANTEN, NO VA A HABER QUIEN LOS SIENTE", y así fue como pasó, nos levantantamos y resistimos.

Soy de Linares y disfruto de ésta mi ciudad por como es, siempre muy activa, siempre en pleno desarrollo, siempre en movimiento, en un progreso constante, y eso lo hemos tenido que conseguir solos, sin la ayuda de "nadie". Y digo nadie y se muy bien a quien me refiero. Algunos que desde la capital, solo saben poner zancadillas, para frenar el empuje de nuestro pueblo, pero el linarense se levanta, se levanta y se levanta, todas las veces que haga falta. PORQUE EL LINARENSE, NO SE RINDE.

Ese Linares que se gusta a sí mismo, esta tierra que engancha con el ambiente de sus calles, con su comercio, con sus bares siempre llenos, pero principalmente con su gente. Pero ese, es también el Linares de las minas, el de las tarantas, el Linares de antes, de ahora y de siempre, una ciudad viva, UNA CIUDAD QUE NO DESCANSA NUNCA.

En fín ese Linares, al cual cuando marcho y con lágrimas en los ojos, me cuesta tanto dejar de mirar.


Por J.Andrés Buendía Garzón
(braved@hotmail.com).