Gracias amigo Juan Francisco por tus certeras aportaciones al foro que enriquecen el debate, arrojan luz y nos permite conocer mejor nuestro pueblo y la idiosincrasia de nuestra gente. Animo a todas/as de dentro y fuera de nuestro pueblo a participar en el foro, convencido de que todas las opiniones son muy valiosas e ilustrativas, pues un foro sin debate ni ideas nuevas es como la primavera sin flores. Para finalizar mi modesta aportación al conocimiento de nuestro pueblo y su término, voy a relacionar los numerosos cortijos y caseríos que existían (la mayoría ya no existen) en la demarcación de Monte Lope (es legítimo llamarlo así). Sabido es que la Aldea de Monte Lope comprendía los cortijos y caseríos circundantes de "el Pedroso", "los Cobos", "Mataalmas", "Calavero, "los Calvos", "las Casillas Nuevas", "Villalatas", "la Patrocinia", "los Oliveros", "los Vicos" y "la Cañada del Fiscal". Y formaban parte de la Aldea de Monte Lope los numerosos cortijos y caseríos o cortijadas diseminados por su término. Si no me falla la memoria y perdón por si me olvido de alguno, y si es así, ruego lo aporte al foro quien lo sepa, son los expresados a continuación:"La Cortijada Don Juan de la Torre (alias "el tomate), "las Higueras", "los Ramirez", "el Castillejo", "la Venta de Doña María", "Carceleros", "la Zamajona", "los Molinos", "el Pozo de la Sartén", "Cerro Carchal", "el Portillo la Zorra","las Cañadillas", "el Cerro Maza", "el Cerro Onquiles", "el Pozancón", "Casasola", "la Pura", "las Lomas", "la Gitana", "Mingo Yuste", "el LLano", "las Colmenas", los Málagas", "los Cortijuelos", "el Coracho", "las Peñuelas", "la Laguna", "las Aceras", "las Piedras de la Venta", "los Serios","la Huerta Carrasco", "los Mesas", "Bordo", "los Mantecas", "la Charca de la Tía Jacinta", "las Espejas", "los Martínez", "los Ortega", "el Llano de San Amador", "las Nogueras", "Cavila", "el Capitán", "las Majadas Altas", "Sales", "los Veras" y algunos más. No formaban parte de Monte Lope "Vado-Baena", "Media-Panilla", "Guarrama", "el Mimbre" y "la Muela", puesto que es público y notorio que el Arroyo del Salado y el Barranco las Salinas delimitan el término de Monte Lope con Martos y Alcaudete, respectivamente.
Me encanta la relación de cortijos que has nombrado en uno de ellos se crió mi familia y mi madre hay gente que le gusta saber de su pueblo ami en particular por ser las raíces de los míos gracias y un saludo soy Raquel
Me encanta todo lo relacionado de las cortijadas por ejemplo yo soy hija de Rogelio el chofer de las Aceras mi padre llevaba la viajera de Martos a los Cortijuelos
somos 7 hermano y gracias a Dios vivimos todos menos mis padre que ya an fallecido vivimos todos en Madrid pero yo estoy tan orgullosa de aver nacido allí yo estudie en los cortijuelo con Doña Encarnita Burgo y si que me gustaría saber cosas delas Aceras pero no puedo constatar con nadie de allí muchas gracias si alguien ve esto y me conoce no me importaría hablar con personas de allí yo me llamo Loli torres navas muchas gracias un saludo atodos
somos 7 hermano y gracias a Dios vivimos todos menos mis padre que ya an fallecido vivimos todos en Madrid pero yo estoy tan orgullosa de aver nacido allí yo estudie en los cortijuelo con Doña Encarnita Burgo y si que me gustaría saber cosas delas Aceras pero no puedo constatar con nadie de allí muchas gracias si alguien ve esto y me conoce no me importaría hablar con personas de allí yo me llamo Loli torres navas muchas gracias un saludo atodos
Hola Loli:
Yo aún me acuerdo de tu padre y no sé, la causa, siempre me he acordado de él. Supongo que sería porqué no he conocido a muchos “Rogelios” en mi vida; y, también, porque tengo varias imágenes de él en la retina, allí en la cochera de Nicolás con su mono puesto, sucio de grasa o gas-oíl, solo o ayudando a Nicolás en el arreglo de algunas de aquella viejas viajeras; que era así como llamábamos al transporte urbano que había entre el Monte, Cortijuelos o Las Aceras a Martos.
En Madrid tienes a muchos vecinos de tu tierra y de Martos, incluido a Nicolás, hijo. Ya muy mayor, pero con la vitalidad que siempre tuvo.
Nicolás, padre, murió, sobre 2010 ó 2011 y su esposa, Encarna, murió bastante antes.
De tu tierra puedo hablarte poco, ya que como tú, tuve que salir del Monte para trabajar. Así que cuando regreso a mi tierra, sólo estoy por el Monte (o Las Máquinas) que era como conocíais al pueblo. Bueno por el Monte y por Mengoyustre; que supongo te debe de sonar bastante. Vengo de esas raíces y cuando bajo por allí, mi atardecer era verlo en aquellas eras de la cortijada o yendo por el camino a Casasola.
Mengoyustre, que por cierto está mejor conservado, ahora, que cuando vivíamos allí en los sesenta o setenta.
En cuanto al Monte, ha cambiado como de la noche a la mañana. Ya no es el pueblo que conocimos allá en nuestra niñez o juventud. Se ha convertido en un pueblo moderno con todo lo que ello conlleva.
Te mando el enlace que entre varios paisanos hemos escrito en Wikipedia, para que te hagas una idea de cómo está ahora: https://es. wikipedia. org/wiki/Monte Lope %C3%81lvarez
Aunque he de confesarte algo. Anhelo aquel viejo pueblo donde todos nos conocíamos, empedrado y con árboles en las calles. Un buen paisano, nuestro, escribió hace ya unos años una poesía que describe todo esto. Te la mando para que la leas.
Y nada más Loli, un beso y espero haberte ayudado en tu reencuentro con nuestro pueblo.
J. F. B.
MI ALDEA
Esta noche he vuelto a la aldea,
donde estaba mi casa;
he mirado la calle,
de arriba abajo, de abajo arriba...
desde la misma acera
donde me criara...
He visto con los ojos... también con el alma:
una calle larga, muy larga,
inundada de frío, vacía de gente,
silenciosa,
con las casas cerradas,
puertas y ventanas.
Y me vino el recuerdo
de mi calle, aquella otra,
también era larga, muy larga,
donde sonaba el ladrido del perro,
el canto del gallo, el rebuzno del asno,
y el chirriar de las puertas
que dejaban pasar un hilo de luz...
y el correr de los niños
y el grito o la voz de la madre
que asomada gritaba: “illo ven que ya llega papa”.
Aquella y esta, la misma calle larga,
igual y diferente:
esta más limpia y sin barro, bien iluminada...,
pero falta de vida,
parece que falta el trajín,
la lucha o el esfuerzo... aquí algo falta
¿Será que se ha perdido el sentido
o que yo no le encuentro razón?
¿Cómo devolverle sentido a las cosas,
y a las calles y a las casas?
Aunque, ¡si tal vez nada de eso falta...!
Pero, yo siento un dolor...
Faltan las personas, aquellos vecinos,
aquellas ancianas, los amigos, los padres,
el maestro de siempre
o el cura que a veces pasaba;
y la gente: aquel que cantaba al sacar la yunta,
el que llevaba la leche y sacaba las cabras...
los que pregonaban:
“cal maría, se cambian garbanzos,
tinte iberia de varios colores,
sal molida y nuez moscada”.
Podría ser que también me faltara
el trotar de la yegua y el potro,
y la casa aquella,
la tienda de arriba y el horno, la taberna, la pequeña capilla,
el camino y las eras...
y cierto que faltan las voces
el adiós y el “muy buenas”
“Dios guarde a osté” y
“hasta la vuelta”.
La misma calle larga, la misma aldea,
tan distinta y tan distante como el sueño y la vela,
tan cercana y tan lejos como el recuerdo,
la misma calle larga, la de mis juegos.
Esta noche he vuelto a mi aldea:
la niebla me envuelve la mente
en sueños de antaño;
el escalón de la acera
y el áspero asfalto
me despierta y desvela,
y el alma se parte en pedazos
pues me asalta una pena:
largas sombras pasean y se esfuman;
pero ellos perviven más allá de los recuerdos,
y reconstruidos en mi mismo
sustentan mi vida.
Yo aún me acuerdo de tu padre y no sé, la causa, siempre me he acordado de él. Supongo que sería porqué no he conocido a muchos “Rogelios” en mi vida; y, también, porque tengo varias imágenes de él en la retina, allí en la cochera de Nicolás con su mono puesto, sucio de grasa o gas-oíl, solo o ayudando a Nicolás en el arreglo de algunas de aquella viejas viajeras; que era así como llamábamos al transporte urbano que había entre el Monte, Cortijuelos o Las Aceras a Martos.
En Madrid tienes a muchos vecinos de tu tierra y de Martos, incluido a Nicolás, hijo. Ya muy mayor, pero con la vitalidad que siempre tuvo.
Nicolás, padre, murió, sobre 2010 ó 2011 y su esposa, Encarna, murió bastante antes.
De tu tierra puedo hablarte poco, ya que como tú, tuve que salir del Monte para trabajar. Así que cuando regreso a mi tierra, sólo estoy por el Monte (o Las Máquinas) que era como conocíais al pueblo. Bueno por el Monte y por Mengoyustre; que supongo te debe de sonar bastante. Vengo de esas raíces y cuando bajo por allí, mi atardecer era verlo en aquellas eras de la cortijada o yendo por el camino a Casasola.
Mengoyustre, que por cierto está mejor conservado, ahora, que cuando vivíamos allí en los sesenta o setenta.
En cuanto al Monte, ha cambiado como de la noche a la mañana. Ya no es el pueblo que conocimos allá en nuestra niñez o juventud. Se ha convertido en un pueblo moderno con todo lo que ello conlleva.
Te mando el enlace que entre varios paisanos hemos escrito en Wikipedia, para que te hagas una idea de cómo está ahora: https://es. wikipedia. org/wiki/Monte Lope %C3%81lvarez
Aunque he de confesarte algo. Anhelo aquel viejo pueblo donde todos nos conocíamos, empedrado y con árboles en las calles. Un buen paisano, nuestro, escribió hace ya unos años una poesía que describe todo esto. Te la mando para que la leas.
Y nada más Loli, un beso y espero haberte ayudado en tu reencuentro con nuestro pueblo.
J. F. B.
MI ALDEA
Esta noche he vuelto a la aldea,
donde estaba mi casa;
he mirado la calle,
de arriba abajo, de abajo arriba...
desde la misma acera
donde me criara...
He visto con los ojos... también con el alma:
una calle larga, muy larga,
inundada de frío, vacía de gente,
silenciosa,
con las casas cerradas,
puertas y ventanas.
Y me vino el recuerdo
de mi calle, aquella otra,
también era larga, muy larga,
donde sonaba el ladrido del perro,
el canto del gallo, el rebuzno del asno,
y el chirriar de las puertas
que dejaban pasar un hilo de luz...
y el correr de los niños
y el grito o la voz de la madre
que asomada gritaba: “illo ven que ya llega papa”.
Aquella y esta, la misma calle larga,
igual y diferente:
esta más limpia y sin barro, bien iluminada...,
pero falta de vida,
parece que falta el trajín,
la lucha o el esfuerzo... aquí algo falta
¿Será que se ha perdido el sentido
o que yo no le encuentro razón?
¿Cómo devolverle sentido a las cosas,
y a las calles y a las casas?
Aunque, ¡si tal vez nada de eso falta...!
Pero, yo siento un dolor...
Faltan las personas, aquellos vecinos,
aquellas ancianas, los amigos, los padres,
el maestro de siempre
o el cura que a veces pasaba;
y la gente: aquel que cantaba al sacar la yunta,
el que llevaba la leche y sacaba las cabras...
los que pregonaban:
“cal maría, se cambian garbanzos,
tinte iberia de varios colores,
sal molida y nuez moscada”.
Podría ser que también me faltara
el trotar de la yegua y el potro,
y la casa aquella,
la tienda de arriba y el horno, la taberna, la pequeña capilla,
el camino y las eras...
y cierto que faltan las voces
el adiós y el “muy buenas”
“Dios guarde a osté” y
“hasta la vuelta”.
La misma calle larga, la misma aldea,
tan distinta y tan distante como el sueño y la vela,
tan cercana y tan lejos como el recuerdo,
la misma calle larga, la de mis juegos.
Esta noche he vuelto a mi aldea:
la niebla me envuelve la mente
en sueños de antaño;
el escalón de la acera
y el áspero asfalto
me despierta y desvela,
y el alma se parte en pedazos
pues me asalta una pena:
largas sombras pasean y se esfuman;
pero ellos perviven más allá de los recuerdos,
y reconstruidos en mi mismo
sustentan mi vida.