A mediados del II milenio a C., el territorio que hoy ocupa
Navas de San Juan, ya presentaba una importante ocupación humana, como testimonian los asentamientos de
Castellón y la Atalaya.
Navas de San Juan debió fundarse en la etapa ibérica por una colonización promovida desde el gran centro ibero de Cástulo, en torno al siglo IV a C.
En época
romana se convirtió en punto clave en el
camino entre Cástulo e Ilugo, como testimonian dos miliarios aparecidos en su término. Según la
tradición en el entorno de Navas se ubicaba una "mansio", Ad Morum, que fue alto en el Camino de Aníbal.
En su territorio proliferaron las explotaciones agropecuarias tipo villa, de las que hasta la fecha se han inventariado siete, entre ellas El Acero o el Cerro Prior.
En tiempos de Al Andalus Navas sería una alquería o pequeña población integrada dentro del distrito administrativo de Sant Astiban. Los musulmanes construyeron un
castillo, del que tan solo nos han llegado unas
fotografías, y que posteriormente fue reformado por los cristianos. En su término hay restos de otras estructuras fortificadas: el castillo de Ero y los ubicados en el actual
Santuario de
Santa María de la Estrella.
Las tierras de Navas de San Juan fueron conquistadas por Fernando III en 1226 e integradas en las tierras de realengo, bajo la jurisdicción de Santisteban. En 1254 el rey Alfonso X donaba Santisteban al Concejo de
Úbeda. En 1285 el rey Sancho IV convertía de nuevo a Santisteban con sus términos en villa de realengo.
En el siglo XIV, las Navas y
Castellar formaron, por privilegio real, el señorío de Santisteban, entregado por Enrique II a Men Rodríguez Benavides. En 1473 Enrique IV lo convierte en condado, concediéndole a don Diego Sánchez de Benavides el título de conde de Santisteban. En 1793 Felipe V eleva el título a ducado y lo otorga a la
Casa de Medinaceli. La vinculación con Santisteban durante la Edad Moderna concluyó en 1802 con la concesión por parte de Carlos IV del privilegio de villazgo.
A mediados del II milenio a C., el territorio que hoy ocupa Navas de San Juan, ya presentaba una importante ocupación humana, como testimonian los asentamientos de Castellón y la Atalaya. Navas de San Juan debió fundarse en la etapa ibérica por una colonización promovida desde el gran centro ibero de Cástulo, en torno al siglo IV a C. En época romana se convirtió en punto clave en el camino entre Cástulo e Ilugo, como testimonian dos miliarios aparecidos en su término. Según la tradición en el entorno de Navas se ubicaba una mansio, Ad Morum, que fue alto en el Camino de Aníbal. En su territorio proliferaron las explotaciones agropecuarias tipo villa, de las que hasta la fecha se han inventariado siete, entre ellas El Acero o el Cerro Prior. En tiempos de Al Andalus Navas sería una alquería o pequeña población integrada dentro del distrito administrativo de Sant Astiban. Los musulmanes construyeron un castillo, del que tan solo nos han llegado unas fotografías, y que posteriormente fue reformado por los cristianos. En su término hay restos de otras estructuras fortificadas: el castillo de Ero y los Las tierras de Navas de San Juan fueron conquistadas por Fernando III en 1226 e integradas en las tierras de realengo, bajo la jurisdicción de Santisteban. En 1254 el rey Alfonso X donaba Santisteban al Concejo de Úbeda. En 1285 el rey Sancho IV convertía de nuevo a Santisteban con sus términos en villa de realengo. En el siglo XIV, las Navas y Castellar formaron, por privilegio real, el señorío de Santisteban, entregado por Enrique II a Men Rodríguez Benavides. En 1473 Enrique IV lo convierte en condado, concediéndole a don Diego Sánchez de Benavides el título de conde de Santisteban. En 1793 Felipe V eleva el título a ducado y lo otorga a la Casa de Medinaceli. La vinculación con Santisteban durante la Edad Moderna concluyó en 1802 con la concesión por parte de Carlos IV del privilegio de villazgo.