Pepe tú por un casual no jugabas al escondite por la
calle del Lobo y por la
iglesia que por aquel entonces estaba en obras con Manuela la Chocolata y su hermana que yo siempre iva con ella, Juan el sobrino de Encarna la Pitona, Eulogio, Miguel, las hijas de Encarna la Chacha, y algunos más que no me acuerdo de sus nombres. Y tengo 48 años.